Paula Fernández-Canteli: «Sin almacenes de CO2, se te va la industria»

Entrevista a la Jefe de proyecto en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC)

14 octubre 2024 16:03 | Actualizado a 14 octubre 2024 16:10
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Paula Fernández-Canteli, Jefe de proyecto en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y una de las mayores expertas de Europa en almacenamiento de CO2, estuvo recientemente en La Canonja, invitada por Dow Tarragona, para participar en la presentación del plan de descarbonización de esta multinacional química estadounidense en sus instalaciones del polo petroquímico de Tarragona. En ese plan, las tecnologías CCS (Captura y almacenamiento de CO2, por sus siglas en inglés) tienen un papel destacado.

El informe Draghi ha provocado, entre otras cosas, que la Comisión Europea, al hablar de descarbonización, empiece a cambiar el adjetivo ‘Verde’ por ‘Limpio’. ¿Ha habido una obsesión por lo ‘Verde’?

Ese cambio de lenguaje empezó ya algo antes del informe Draghi, con la Net-Zero Industry Act y la Industrial Carbon Management Strategy. En ambas dicen lo mismo: que la industria se tiene que descarbonizar, pero también tiene que ser competitiva.

Y eso es algo compatible. ¿Cierto?

Lo es con las tecnologías CCUS (Captura, almacenamiento y uso de CO2, por sus siglas en inglés), que están ahí, subrayadas en esos dos documentos.

¿Por qué?

Porque se están dando cuenta de que solo con renovables no cuadran los números. En 2022 empieza el cambio, y algunos países empiezan a preparar sus almacenes de CO2. Noruega lo tendrá listo en 2025. Los Países Bajos, en 2026.

¿Cuándo empezaron a trabajar en ello?

En Noruega lo pusieron encima de la mesa como posibilidad en 2018-2019, y parecía una locura. Pero el estado lo apoyó y puso dinero, con un nuevo sistema de transporte de CO2, un hub de recepción y una serie de barcos que han mandado construir.

¿Para almacenar qué CO2?

El que capturan en una cementera y una valorizadora de energía, pero también el de una central térmica de Dinamarca, el de una siderurgia en Bélgica... Mucha gente está pensando hoy si capturar el CO2 aquí y llevarlo allí.

En el caso del proyecto de los Países Bajos, ¿eso significa capturar y almacenar CO2 del polo petroquímico de Amberes, por ejemplo?

Claro. De cualquier industria hard-to-abate [donde la tecnología o los elevadísimos costes no alcanzarían para descarbonizarla]. En todo el mundo se están desarrollando hoy proyectos comerciales y operacionales de CCUS. Hay del orden de unos cincuenta en marcha. Muchos en EEUU, pero también se están desarrollando en Grecia, Bulgaria, Italia, Croacia... En EEUU, la mayoría son onshore (en tierra), mientras que en el Mar del Norte son offshore (en el mar), aunque Dinamarca está lanzando licencias onshore.

¿Nos quedamos atrás en esta carrera por disponer de infraestructuras de CCUS? ¿Qué nos espera si el polo petroquímico de Amberes tiene esta capacidad y el de Tarragona no cuenta con lo mismo para competir?

Se puede lograr, pero hace falta un tiempo. Los noruegos han tardado ocho años, y han ido rápido. Los daneses, en 2022 hicieron ‘clic’, el Gobierno movilizó ayudas, y a día de hoy ya han empezado con las pruebas de inyección. El apoyo político de la Administración ha sido clave.

Aquí, esas administraciones van con pies de plomo. Cualquier cosa que suene remotamente a ‘Proyecto Castor’, escama...

Ya, pero es que no tiene nada que ver una cosa con la otra. Eso era un almacén de gas, y aquí estamos hablando de CO2, en acuíferos salinos. Hay que explicar a la gente qué es esto del almacenamiento, incluyendo los posibles riesgos, y que cuando elegimos un sitio para almacenar, hay mucho trabajo detrás. Y hay que explicar a la gente estas cosas en su lenguaje. Hay que hablar mucho, y no soy partidaria de rendirme nunca.

¿Podremos recuperar la distancia perdida?

Vamos un pelín tarde, pero si aprovechamos el momento de Europa, y también el nacional, con Teresa Ribera [como futura comisaria de Competencia y vicepresidenta ejecutiva primera de Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea], y hablamos con la sociedad, pienso que la industria está lista. Si se aprovecha este momento, creo que llegaríamos.

¿Y si no llegamos a tiempo?

Pues entonces se te iría la industria. Primero se te va la industria química, después la cementera, el papel, los proveedores... van cayendo uno tras otro, como en un dominó.

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