Ni grados ni postgrados: microcredenciales

Las universidades preparan su oferta propia de cursos profesionalizadores de corta duración, homologables en la UE y que respondan a necesidades concretas de las empresas

11 noviembre 2024 16:05 | Actualizado a 11 noviembre 2024 19:35
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Las microcredenciales pueden revolucionar la formación universitaria que hemos conocido hasta ahora. Con la voluntad de ser accesibles a cualquier ciudadano sin importar su nivel formativo, estos cursos profesionalizadores de corta duración, homologables en Europa y que responden a necesidades concretas de las empresas, están en la agenda estratégica de todas las universidades de la Unión Europea.

Tras el apoyo de la Comisión Europea a la recomendación del Consejo de la Unión Europea, en junio de 2022, de impulsar «el desarrollo, la aplicación y el reconocimiento de las microcredenciales en todas las instituciones, empresas, sectores y fronteras» de la Unión Europea, en junio de 2023, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades creó el Plan Microcreds, un fondo de 50 millones de euros para el desarrollo de microcredenciales universitarias, que deberían desplegarse entre el segundo semestre de 2023 y el primer semestre de 2026.

«Vemos una oportunidad para cubrir ‘gaps’ que la oferta reglada actual no puede cubrir suficientemente bien» (Sergi Novo, Cluster TIC Catalunya Sud)

En este tiempo, algunas universidades, como la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ya han puesto a disposición de la ciudadanía amplios catálogos de microcredenciales (con 64 certificaciones a día de hoy en la UOC), mientras que otras universidades, finalizados sus planes piloto, se aprestan ahora a sacar al mercado sus propios catálogos.

Es el caso de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que acaba de finalizar, con ocho alumnos inscritos, la prueba piloto de su primera microcredencial, un curso de 10 créditos que lleva por nombre Front End Web Developer, impartido por el Centre de Formació Permanent de la Fundació URV a partir de la primavera de 2025.

‘Front End Web Developer’ es la primera microcredencial de la Universitat Rovira i Virgili

Esta microcredencial estará acompañada por otra docena más (con el objetivo de tener un primer catálogo de 14 microcredenciales), que buscarán desarrollarse en colaboración con empresas y sectores económicos, con la voluntad de ofrecer formaciones profesionalizadoras muy orientadas a las necesidades específicas del mercado laboral.

En el curso de Front End Web Developer, su desarrollo ha contado con la colaboración de CaixaBank Tech, Incapto y el Cluster TIC Catalunya Sud. El gerente de esta última organización empresarial, Sergi Novo, reflexiona sobre las oportunidades que se abren con las microcredenciales universitarias: «Vemos una oportunidad para cubrir gaps que la oferta reglada actual no puede cubrir suficientemente bien o con suficiente profundidad, atendiendo a las demandas del sector».

«Esperamos que las colaboraciones con las empresas puedan ir a más y podamos diseñar con ellas estas microcredenciales» (Natàlia Rull, Fundació URV)

En su opinión, estas microcredenciales -que en un futuro podrían incorporar, en colaboración con el Cluster TIC Catalunya Sud, otras disciplinas como la Inteligencia Artificial, el Cloud Computing o la Ciberseguridad- permiten, por un lado, «generar especialización de talento TIC» con «una forma muy interesante de organizarnos, porque son una puerta para ser más ágiles y precisos, y potencian que pueda ser la propia gente del sector la que pueda formar».

El ‘upskilling’ y el ‘reskilling’ son dos grandes beneficiarios de estas formaciones

Por otro lado, permiten, prosigue Sergi Novo, «la hibridación de perfiles no TIC, añadiendo a esos perfiles una capa TIC que les permite tener una ventaja competitiva». En este punto, el upskilling (adquirir nuevas competencias para mejorar el desempeño) y el reskilling (adquirir nuevas competencias para desempeñar un nuevo puesto de trabajo) son dos grandes beneficiarios de las microcredenciales.

Natàlia Rull, directora del Centre de Formació Permanent de la Fundació URV, destaca el hecho de que estas propuestas formativas estén «codiseñadas con las empresas de la zona, para identificar y atraer talento», y con la voluntad de «dar respuesta a la demanda del tejido productivo».

De cara a la publicación del nuevo catálogo de microcredenciales de la URV, previsto para el mes de abril de 2025 y que atenderá diversos sectores, entre ellos el turístico, Natàlia Rull adelanta que «esperamos que las colaboraciones con las empresas puedan ir a más y podamos diseñar con ellas estas microcredenciales».

En 2023, el gobierno español creó el Plan Microcreds, de impulso de las microcredenciales

La agilidad para dar respuesta a estas demandas será crítica, puesto que una de las limitaciones más habituales en el mundo universitario es su pesada maquinaria administrativa, que no siempre se mueve a la velocidad que las empresas requieren. «Es necesaria esa agilidad dentro de la Universidad», admite Natàlia Rull, que añade que «ha de cumplir los requisitos y, evidentemente, buscar la manera más flexible y ágil, con formaciones cortas y de impacto, muy bien diseñadas».

Un plazo razonable para sacar al mercado una microcredencial, desde el momento en el que se empieza a trabajar en su diseño, y si la propuesta encaja con los estándares marcados desde la UE, sería, en opinión de Natàlia Rull, no más de seis meses.

«Hay muchas instituciones y centros que dicen que profesionalizan. Las universidades catalanas pueden ser un sello de garantía» (Alicia Linares, Fundació Factor Humà)

Alicia Linares Roger, miembro de la Comissió Consultiva de la Fundació Factor Humà, pedagoga y profesora asociada de la Facultat d’Educació de la Universitat de Barcelona, celebra la llegada de las microcredenciales: «En estas propuestas formativas tan conectadas con las necesidades empresariales, la Universidad ha de tener un rol, porque es la cuna del conocimiento, pero también porque es una garantía».

«Al final -explica Alicia Linares- hay muchas instituciones y centros que hacen formación, que dicen que profesionalizan, pero realmente no sabemos cuál es la calidad educativa ni metodológica que están ofreciendo, ni lo fiable que es eso. Las universidades catalanas pueden ser un sello de garantía de este tipo de formaciones».

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