La petroquímica alerta sobre un ‘efecto dominó’ si prospera el ‘impuestazo’

La Associació Empresarial Química de Tarragona advierte de que si se ponen «trabas a la inversión» de las energéticas, caerían en cadena otras inversiones

18 diciembre 2024 20:48 | Actualizado a 18 diciembre 2024 21:26
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«Si una empresa no invierte, por la razón que sea, sufrimos los demás. Si Repsol no invierte, tenemos un problema como sector. Porque no son ellos solo, es toda una cadena. Dow no descarbonizará sola su cracker, si no lo hace también Repsol. Esto pasará con muchas otras cosas». Así de claro se mostró Ignasi Cañagueral, presidente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), en un encuentro con periodistas en el que valoró la posibilidad de que el gravamen extraordinario a las grandes energéticas sea prorrogado un año más, antes de que expire el 31 de diciembre de 2024.

Aunque el Gobierno desconvocó este miércoles por segunda vez la reunión de la mesa de partidos en la que debía diseñarse un futuro impuesto a las grandes energéticas -tras serle comunicada la ausencia, una semana más, de Junts y el PNV, que se oponen a este impuesto pero cuyos votos son necesarios para que prospere-, la prórroga del gravamen (que de producirse significaría la pérdida de inversiones estratégicas de Repsol en Tarragona por valor de 1.100 millones de euros) sigue siendo una posibilidad.

La continuidad del gravamen extraordinario sobre las grandes energéticas fue el gran escollo de la negociación del reciente paquete fiscal: el PSOE pactó inicialmente con el PNV y Junts dejarlo caer a final de año, pero después acordó con ERC, Bildu y BNG prorrogarlo un año y con Podemos, negociar su conversión en un impuesto permanente.

A falta de un acuerdo sobre el futuro impuesto, el plan a corto plazo consistiría en prorrogar un año más el gravamen temporal a través de un decreto ley que se aprobaría antes de final de año. «Yo creo -valoró Ignasi Cañagueral, presidente de la AEQT- que es una mala noticia tener una tasa diferenciada que pone trabas a la inversión, cuando lo que necesitas son mecanismos de subvenciones para favorecerla».

Ignasi Cañagueral cifró esos apoyos en un 30% de la inversión, en línea con lo que están desplegando otras administraciones para acompañar la descarbonización de su industria. En el caso del polo petroquímico de Tarragona, a esa falta de apoyos se le añade un gravamen extraordinario que, por lo pronto, implicaría la renuncia de Repsol a invertir en los proyectos de la Ecoplanta y el electrolizador asociado.

«La situación es muy seria, y hemos de mirar con quién competimos» (Ignasi Cañagueral, AEQT)

«La inversión que no haga alguien -alertó Ignasi Cañagueral- puede generar un ‘efecto dominó’. El proyecto de descarbonización del complejo petroquímico de Tarragona nos interpela a todos. La situación es muy seria, y hemos de mirar con quién competimos. Hemos de entender cómo es el mercado global. Hay países que se están moviendo por delante nuestro; no solo EEUU y China, sino también en Europa, como por ejemplo Países Bajos».

Se necesita electricidad

En este punto, el inminente archivo de los proyectos de líneas de evacuación eléctrica de Forestalia, que conectaban la generación renovable de Aragón con subestaciones eléctricas en Catalunya, ha vuelto a poner el foco en la necesidad del polo petroquímico de tener un acceso a un suministro eléctrico de alta capacidad para hacer frente a los retos que plantea la descarbonización del polo petroquímico más importante del sur de Europa.

«La posición es que necesitamos electricidad baja en carbono. Que la traiga un operador privado, uno público o uno mixto, para nosotros es indiferente. Lo que nosotros necesitamos es energía disponible renovable o baja en carbono. Si no se hace una línea privada, esperamos que se haga una pública», analizó Ignasi Cañagueral.

«La realidad -prosiguió Ignasi Cañagueral- es que hay un programa de cierre de nucleares, no se despliegan las renovables en Catalunya, y en 2030 [en el polo petroquímico de Tarragona] necesitaremos el triple de electricidad de la que consumimos ahora, contando las nucleares».

«Nadie nos responde a la ecuación de cómo se resolverá 2030. Necesitamos electricidad. La industria europea se redimensionará, no quedarán todas las refinerías que hay. Queremos pensar que la de Tarragona quedará, haciendo biocombustibles y combustibles sintéticos».

Redes de transporte

La próxima planificación de la red de transporte de Red Eléctrica para el período 2025-2030 será crucial. La AEQT se ha reunido en repetidas ocasiones con los responsables de esta filial de Redeia, encargada de la operación y transporte de la electricidad en España, para comunicarle sus necesidades. La sintonía entre ambos interlocutores, cuentan desde AEQT, ha sido buena.

De hecho, Redeia ya está invirtiendo alrededor de 150 millones de euros en la demarcación de Tarragona hasta el año 2026 (en el marco de la planificación 2021-2026 que aprueba el Consejo de Ministros cada cinco años), con el foco puesto en las perspectivas de incremento de la demanda en el polo petroquímico de Tarragona y Terres de l’Ebre.

«Lo que les pedimos -explicó Ignasi Cañagueral-, sobre todo es que ejecuten lo que hay previsto hasta 2026, y en el nuevo plan, que contemplen estas necesidades que tenemos, teniendo en cuenta que tenemos que tener acceso a 400kV, lo cual nos permitirá hacer redes cerradas. Ya hay empresas que están valorando cómo constituir redes cerradas».

«Necesitamos más electricidad de la que tenemos, para descarbonizarnos. Estamos trabajando con Red Eléctrica para que se hagan todos los proyectos previstos, con subestaciones, por ejemplo, y que en la próxima planificación que saque, se tenga en cuenta el futuro», concluyó Ignasi Cañagueral.

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