La transformación digital ya no es el futuro del sector industrial, sino el presente, que avanza con paso firme hacia la Industria 4.0, con la industria química como uno de sus puntales. Pero no solo en la adopción de estas tecnologías destaca la industria química, sino que también es el principal proveedor de materiales para hacerlas posibles.
La aplicación de la digitalización a los procesos industriales, en lo que se ha llamado la transición hacia la Industria 4.0, está transformando las formas de producir de las plantas tal y como los conocíamos. No obstante, si ponemos el foco en la pequeña y mediana industria, la realidad no es exactamente ésta. Carles Mas, director del área de Economía y Empresa de Pimec, explica al Diari que «es verdad que la industria parte de una ventaja y de un nivel más alto de digitalización que otros sectores como servicios o comercio. Pero aún estamos lejos de poder decir que la gran mayoría ha hecho el cambio a la transformación digital. Porque no está obteniendo todos los datos para poderlos procesa, para poder aplicar después otras tecnologías como por ejemplo la inteligencia artificial para hacer muchas más cosas, ya sea en ventas, marketing, gestión de pedidos, etc.».
Mas también cree que se trata de «un tema de falta de talento digital en las empresas y también de cambio cultural. Existe una cierta resistencia cultural al cambio digital, sobre todo porque a veces los beneficios no son inmediatos, ni tangibles, ni se entienden. A veces por falta de formación, por falta de capacitación o por falta de incentivos»; y añade que «pasa un poco como en innovación. Por un lado tienes que entender que estás en un momento clave de la historia de la economía y la competitividad y por eso tienes que hacer el esfuerzo de ver cómo puedes adaptar las diferentes tecnologías disponibles a tu proceso de producción».
Precisamente, respecto a la innovación, Carles Mas recuerda que «el último Barómetro Europeo dice que Catalunya está como región innovadora fuerte. Pero no lideramos España y estamos por detrás de Madrid y País Vasco y esto nos tendría que hacer reflexionar. El mismo informe dice que hay un problema de escasa inversión en innovación por parte de las pymes».
El director del área de Economía y Empresa de Pimec explica al respecto que «a pesar de que tenemos un ecosistema innovador en Catalunya, que se ha mejorado el gasto, los ratios, de que hay un número importante de empresas innovadoras (más de 8.000), es cierto que existe la otra cara de la moneda: que son las pymes que tienen dificultades, sobre todo de recursos financieros. ¿Los motivos? Pues que la innovación no es algo que tenga un retorno a muy corto plazo y necesitas músculo financiero hasta que esta inversión en innovación se convierta en competitividad y puedas monetizarla en el mercado».
En este sentido, Mas cree que «la gran industria tiene una ventaja al lado de la pequeña y la mediana. En innovación, la financiación es clave. También hay que tener en cuenta que una de las grandes carencias que se detectan es la poca colaboración que hay, especialmente, en el ámbito de las pequeñas empresas. Ya sea colaborando entre ellas o bien para colaborar con el sistema de investigación que tenemos».