El clúster químico de Tarragona es el más importante de toda la zona mediterránea, con un importante potencial competidor respecto a otras regiones europeas, posicionando al territorio y al país en una situación muy ventajosa en términos de autonomía estratégica.
La industria química de Tarragona es uno de los principales motores económicos a escala nacional, y especialmente en Cataluña. Genera empleo estable y de calidad dando trabajo, de manera directa e indirecta, a 11.000 personas y generando hasta 44.000 puestos de trabajo inducidos.
La producción del complejo químico de Tarragona supone un 25% de la producción química española y un 50% de la catalana. Además, el sector de la química representa un 20% de las exportaciones totales de Cataluña. Hay que destacar también, que las exportaciones del sector químico suponen cerca del 70% de los movimientos del Puerto de Tarragona.
La contribución del sector químico al territorio es visible, además del ámbito económico, en muchos otros ámbitos; es un polo de atracción de talento y de grandes infraestructuras, es dinamizador de un importante tejido académico, con una universidad y con unos centros de formación de referencia; es también polo de atracción de investigación, con centros de investigación básica y tecnológicos de gran prestigio internacional.
Desde la industria química, somos plenamente conscientes de la necesidad de encontrar soluciones a los desafíos climáticos, manteniendo a la vez la competitividad del sector y mejorando el bienestar de los ciudadanos y los consumidores. Como sector tenemos, además, la necesidad de producir productos diferenciados con alto valor añadido y con coste competitivo al comienzo. Sin ello, será difícil afrontar la descarbonización.
Las 33 compañías que formamos parte de la Asociación estamos plenamente comprometidas con la reducción de emisiones y la circularidad para alcanzar una economía neutra en carbono de cara a 2050. La industria química ha diseñado un plan de descarbonización que nos llevará a conseguir la neutralidad climática, aunque no lo podremos hacer solos.
Este plan de descarbonización pasa por la transición energética que es hoy en día el gran reto de nuestro sector. Hay que tener en cuenta, que hoy por hoy, el consumo actual de energía eléctrica por parte de las empresas de la AEQT y ChemMed es de 3.100 GWh por año. La previsión de consumo de energía con la electrificación requerida para llegar a la descarbonización será del orden de cuatro veces más para 2030 y seis veces más para 2050, respecto al actual.
Añadir también, que, dentro del compromiso por la sostenibilidad, las empresas AEQT disponen actualmente de un 35% de energía de origen renovable y que para alcanzar los objetivos que marca el Green Deal deberá ser del 50%, en 2030 y del 100% en 2050. Para cumplir este reto es fundamental resolver carencias como garantizar la potencia eléctrica suficiente con origen renovable, así como los puntos de conexión necesarios para dar respuesta a esta creciente demanda de energía eléctrica. Es necesario pues que la Administración tome conciencia y actúe frente a estos déficits que reducen la competitividad del territorio.
Y, por otro lado, como sector defendemos que, además del hidrógeno verde gran actor a largo plazo, deben contemplarse durante la transición, otras alternativas, como el hidrógeno bajo en carbono, complementado con tecnologías puente como la captura y el almacenamiento de CO2. Así como su uso futuro a través de procesos aún en desarrollo. En este sentido, trabajamos en colaboración con centros de investigación y conocimiento del territorio.
La química es y será clave para dar respuesta a los grandes retos de sostenibilidad de nuestra sociedad y a los que se enfrentan también las empresas a escala global.
La descarbonización completa del sector químico, para antes de 2050, es una prioridad para la industria química, no sólo por ser plenamente sostenible y alcanzar la neutralidad climática sino para seguir siendo competitiva en el nuevo escenario global.