El ‘apagón nuclear’ hace más vulnerable al sistema eléctrico español. Redeia, empresa que tiene como filial a Red Eléctrica de España (REE), encargada de la operación y transporte de la electricidad en España, advierte en su último Informe de Gestión Consolidado Ejercicio 2024, depositado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), de un «riesgo por pérdida de prestaciones de generación firme asociada al cierre de centrales de generación convencional (carbón, ciclo combinado, nuclear)».
«El cierre de centrales de generación convencional implica una reducción de la potencia firme y las capacidades de balance del sistema eléctrico»
En este informe, esta empresa constata que «el cierre de centrales de generación convencional como las de carbón, ciclo combinado y nuclear (consecuencia de requisitos regulatorios), implica una reducción de la potencia firme y las capacidades de balance del sistema eléctrico, así como su fortaleza e inercia», lo cual «podría aumentar el riesgo de incidentes operacionales que puedan afectar el suministro y la reputación de la empresa».
«Esta incidencia -prosigue este informe redactado por Redeia- supone un riesgo, con un horizonte temporal a corto y medio plazo», tras lo cual precisa que «el riesgo se ubica en las actividades propias y de los clientes y usuarios».
‘Generación firme’
Dicho de otra manera: el ‘apagón nuclear’ decretado en España a partir del año 2027, cuando empezarán a cerrar, para su posterior desmantelamiento, todos los reactores nucleares hoy en operación, debilitará el ‘generador de emergencia’ del sistema eléctrico español. La ‘generación firme’, en la terminología del sector eléctrico, es lo que equivaldría a ese generador que, en caso de problemas, nunca nos falla.
Hasta ahora, esa generación firme la han proporcionado las centrales de carbón, ciclo combinado (gas) y nucleares. Se trata de aquella capacidad de generación de energía eléctrica que puede garantizar una disponibilidad constante y fiable de electricidad, independientemente de las condiciones ambientales o de la variabilidad de la demanda. Electricidad asegurada por mucho que no brille el sol, no sople el viento o llegue una ola de calor que dispare el uso del aire acondicionado.
La transición energética propuesta en el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) contempla sustituir esa generación firme, hoy en gran medida nuclear (en el caso de Catalunya, un 59% de la generación eléctrica de 2024 procedió de las centrales nucleares de Ascó y Vandellòs II), por un sistema de almacenamiento de energía (baterías, centrales de bombeo reversibles), un refuerzo de las interconexiones internacionales o una apuesta por las redes inteligentes, entre otras medidas.
Un esfuerzo que, si se atiende a este informe remitido por Redeia, entraña sus riesgos con el actual calendario de cierres de las centrales nucleares.
A partir de aquí, esta empresa relata que «se han identificado distintas actuaciones o medidas a tomar para hacer frente a este riesgo: el fortalecimiento de las interconexiones internacionales, puesta en servicio de sistemas de almacenamiento, desarrollo tecnológico de los convertidores de electrónica de potencia y otras tecnologías que permitan que las necesidades del sistema de inercia y su fortaleza puedan ser provistas por la propia generación renovable o el impulso de mecanismos de flexibilidad y de redes inteligentes».
Llegados a este punto, «se considera que la estrategia y el modelo de negocio de la compañía proporcionan la capacidad de adaptación necesaria para abordar este impacto, aunque cabe destacar que, como se ha mencionado, dicha capacidad depende en gran medida de desarrollos normativos o avances tecnológicos que no pueden ser llevados a cabo únicamente por Redeia, sino que requieren de otros actores del sistema eléctrico».
Es decir, el despliegue a tiempo y en cantidades suficientes de esas tecnologías e infraestructuras que deberían sustituir a esa generación firme hoy con fecha de caducidad. Lo cual, a día de hoy, no todo el mundo tiene tan claro. El calendario de cierre de las centrales nucleares en España está hoy en el centro de la conversación energética.
«No nos pronunciamos sobre un debate que ha de ser estatal, no del operador del sistema ni del transportista de electricidad»
Los últimos en sumarse a este debate han sido Endesa e Iberdrola, propietarias de las centrales nucleares de Ascó y Vandellòs II, que por boca de sus máximos responsables defendieron revisar ese calendario de cierres. La seguridad de suministro al sistema, esgrimida en este caso por José Bogas, consejero delegado de Endesa, es uno de los argumentos. La generación firme ayuda a esa seguridad de suministro.
Pendientes de la planificación eléctrica 2026-2030
En la demarcación de Tarragona, REE está invirtiendo hoy alrededor de 200 millones de euros (en el marco de la planificación eléctrica 2021-2026 que aprueba el Consejo de Ministros cada cinco años), con el foco puesto en las perspectivas de incremento de la demanda en el polo petroquímico de Tarragona y Terres de l’Ebre.
Preguntada sobre el informe que está obligada a presentar anualmente ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), portavoces de Redeia aseguraron que «Red Eléctrica de España no se pronuncia sobre este tema. Nuestra misión es garantizar la seguridad y la calidad del suministro, y esto está garantizado. Por lo tanto no nos pronunciamos sobre un debate que por fuerza ha de ser a nivel estatal, no del operador del sistema ni del transportista de electricidad».
La propuesta con la próxima planificación eléctrica 2026-2030, que le corresponde elaborar al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, podría salir a la luz esta primavera.