El momento de la industrialización

29 noviembre 2024 17:43 | Actualizado a 02 diciembre 2024 17:48
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Estos últimos años se ha hablado mucho de reindustrialización. Lo hicimos después de décadas consecutivas de cierres, deslocalizaciones y una transformación de modelo empresarial que no priorizaba el sector industrial.

Y cuando ya avanzábamos en este ámbito, estallaron dos crisis que insistieron en la necesidad de volver a industrializarnos: la pandemia, que recuperó las fronteras y nos recordó lo lejos que están algunos grandes centros de producción indispensables para nuestro modus vivendi, y después la guerra en Ucrania, en los confines de lo que llamamos Europa, y que puso el vector en la delicada dependencia energética que tenemos.

En definitiva, siempre hemos hablado de reindustrialización desde la necesidad, desde la exigencia de los tiempos; no lo hicimos por voluntad, sino por obligación.

Ahora, desde el conjunto de Europa se empieza a percibir una marea que sube reclamando reindustrializarnos, pero lo hace sin ser réplica de nada, sin esperar a nadie, sin estar pendientes de las señales de los tiempos, sin depender de las decisiones de otros, tan solo de las nuestras.

Desde el conjunto de Europa, y también desde aquí, se escucha la intención de industrializarnos por voluntad y con nuestros proyectos propios, ganando en una autonomía industrial que se ha demostrado como imprescindible.

Los planes de los europeístas italianos Draghi y Letta van en esa línea y, si nada cambia, serán documentos estratégicos centrales de la nueva Comisión Von der Leyen que empieza justo a andar.

En Cataluña hemos hecho ya pasos en este camino y hoy nuestro sector industrial tiene un peso destacado e histórico dentro de la economía catalana, aportando el 19% del Valor Añadido Bruto; situándose por encima del conjunto del Estado, con el 17%.

Asimismo, la industria catalana se caracteriza por una notable innovación industrial e intensidad exportadora, con una proporción de ventas realizadas en el extranjero que se sitúa en un destacable 35%.

En estos últimos años Cataluña ha crecido en industrialización. Y lo ha conseguido generando empleos de calidad estables y con equilibrio territorial. Pero ahora es el momento de ir más allá y hacerlo poniendo a disposición de las empresas el ecosistema adecuado; sobre todo contando con los terrenos de grandes magnitudes que necesitan para poder competir en términos de suelo industrial con otras regiones.

Asimismo, contamos con herramientas que son de gran utilidad como las mesas de reindustrialización, que se activan cuando se produce algún cierre de empresas industriales y procuran encontrar la mejor solución posible. También con el Pacto Nacional por la Industria, un documento de consenso de país que funciona muy bien y que renovaremos a lo largo del año que viene.

Herramientas que nos dan soluciones a problemas o a transformaciones que vamos viviendo. Una de estas es la descarbonización, de especial relevancia para la zona de Tarragona y su importante sector petroquímico, y con el ejemplo paradigmático del Valle del Hidrógeno como alternativa. Un Valle del Hidrógeno que es una apuesta de presente y de futuro para Tarragona, pero también para el conjunto de Cataluña.

Miquel Sàmper

Conseller d’Empresa i Treball

Comentarios
Multimedia Diari