A sus 68 años, Pepe Álvarez seguirá al frente de UGT otros cuatro años más, después de recibir, la semana pasada, el respaldo del 80% de sus delegados. No le pesa la edad, al contrario, y quiere conseguir su gran reto pendiente: lograr que los trabajadores crean en la necesidad e importancia que tienen los sindicatos para mejorar sus vidas.
¿Por qué le ha vuelto a pedir a la patronal acordar la reducción de la jornada cuando ya ha salido de la negociación?
Porque nosotros queremos acuerdos. Y en ese trámite parlamentario, en la medida en que podamos, debemos intentar que se pueda ir incorporando la CEOE.
Entonces todavía tiene esperanza de que la CEOE se sume.
Seguro. La CEOE estuvo muy a punto, hasta que alguien le dijo que Junts no lo iba a apoyar. En ese momento, pierden el interés por la mesa y por la negociación. A nosotros el PNV nos ha pedido que negociemos. Y espero que Junts pueda tener una posición que ayude a que la CEOE se siente de nuevo a negociar.
La patronal carga contra el elevado absentismo.
No lo negamos. A nosotros nos preocupa que el sistema público de salud no sea capaz de atender en tiempo y forma a las personas que están enfermas. Es evidente es que si tú te rompes un brazo y lo haces en el centro de trabajo y te vas a la mutua, la recuperación es dos veces más rápida que si te vas a la sanidad pública.
¿Entonces la culpa es de la sanidad pública?
Sí, hay más de un factor, pero ese es uno de ellos. Porque las listas de espera son las que son. La atención primaria está bajo mínimos. Es decir, tenemos un sistema de salud absentista.
Para reducir el absentismo hay que mejorar la sanidad pública.
Hay que mejorar la sanidad pública y hay que mejorar las mutuas, sobre todo porque tienen que atender las enfermedades mentales.
¿No apoyarán las bajas parciales que plantea el Gobierno?
No lo vamos a negociar. Si la Seguridad Social lleva a la mesa de negociación este tema, nosotros nos vamos a levantar.
Si, como parece, la patronal no está en el acuerdo del salario mínimo, ¿se negarán a acordar un alza inferior al 5%?
Bueno, igual el 4,5%. Nosotros lo que queremos es rascar todo lo que se pueda. Vamos a sentarnos sin líneas rojas. Pero si las líneas rojas de la CEOE es que suba la inflación, que las vayan borrando.
La siguiente batalla debería ser el despido, pero la vicepresidenta Yolanda Díaz ha dicho que quiere ir con mucha calma.
No me parece mal, porque seguramente generará un debate en el Parlamento no tan fácil. Ese es un camino que va a ir bajando el suflé y que seguramente nos va a acercar a que no sea tan imposible un acuerdo con la CEOE.
¿Con qué broche de oro le gustaría cerrar su tercer mandato?
Fortalecer el sindicato. No hemos sido capaces de trasladar a los trabajadores dónde estamos ni mucho menos qué representamos.
¿Y qué medidas plantea?
En primer lugar, el Estado tiene que retribuir los costes que las leyes españolas con carácter general obligan a las organizaciones sindicales y empresariales a gastar. Nuestros afiliados no tienen por qué costear los planes de igualdad, que este año nos cuestan 15 millones. Y todo lo que recibimos del Estado es una subvención de 6,1 millones. El Estado tiene que pagar esa factura con una dotación presupuestaria, como hacen en Francia, Italia, Alemania...