Calidad y territorio son dos de las palabras que definen bien La Besàvia, una empresa agrícola familiar de Rodonyà (Alt Camp) que se dedica a producir gallo del Penedès. En honor a su bisabuela, quien describe como una mujer muy emprendedora, Enric Ferré decidió, junto a su padre, poner en marcha un nuevo proyecto en el año 2002. «Basábamos nuestra explotación en producción de uva y olivas, pero queríamos diversificar y crear una cosa que no fuera intensiva –dice–. Ya hacíamos gallo del Penedès en momentos esporádicos, pero decidimos crear una granja extensiva al aire libre para tener producción todo el año».
El gallo del Penedès es una de las carnes de ave de más calidad de Europa, a pesar de que todavía es poco conocida en el territorio. Una de las principales diferencias que tiene con el pollo es el tiempo que se tarda para que crezcan los pollitos. «La raza es de crecimiento lento. Antes tardaban medio año en engordar, porque les daban las cuatro cosas que tenían por casa. Por eso era una carne muy apreciada y se reservaba para momentos como las celebraciones de Navidad», asegura Ferré.
Ahora tardan cuatro meses en engordar y la producción anual de La Besàvia está entre las 2.500 y las 4.000 piezas. Aun así, no hay muchas más empresas que tengan esta especie. En total, hay cuatro productores, que decidieron agruparse en una Indicació Geogràfica Protegida (IGP).
Este distintivo certifica que elaboran una raza autóctona criada al aire libre y que se alimenta de cereales, leguminosas y un 5% de hueso de uva, una práctica que se usaba antiguamente en el territorio, según relata Ferré.
Tres de los empresarios son de la comarca del Alt Penedès y Enric es el único en toda la provincia de Tarragona. En su granja a las afueras de Rodonyà, los gallos disponen de muchos metros cuadrados de patio y pueden salir y entrar cuando quieran.
Además de estar criados en libertad, otra de las cualidades que hace especialmente atractiva la carne de gallo del Penedès es que la poca grasa que tiene es rica en ácido linoleico, una grasa cardiosaludabe. Además, se caracteriza por ser una carne tierna, melosa y con textura, que según Ferré no tiene nada que ver con otras especies.
El reto de la estacionalidad
Uno de los problemas que rodean la especie es la estacionalidad. «Siempre hemos intentado resolverlo con la IGP, pero la gente piensa que el gallo del Penedès solo es para comer en Navidad y Festa Major». Ferré asegura que trabajan para revertir esta situación, y por eso, desde La Besàvia venden a mercados, carnicerías y a restauración todos los meses del año.
Por otro lado, la diferencia de precio con el pollo también es un reto a superar. «La gente continúa teniendo en mente el estigma de que la carne de pollo es barata y por este motivo le llamamos gallo», manifiesta Enric, quien también recalca que «todo el mundo está dispuesto a pagar precios altos por la becerra, el cordero o el cerdo», pero con la carne de ave «cuesta mucho romper este concepto». Sin embargo, cree firmemente que a pesar de continuar con una producción muy reducida y que prácticamente se conoce muy poco, en La Besàvia hacen un producto autóctono de mucha calidad.