Aguacates de Perú, lichis chinos, dátiles de Túnez, arepas mexicanas, salmón de Noruega, coco brasileño,... ¿nos hemos parado a pensar de dónde proviene la mayor parte de los alimentos que consumimos a diario?
Si miramos nuestra cesta de la compra y buscamos qué productos son autóctonos de nuestra zona de origen no nos saldrían mucho las cuentas... Y de entre todos ellos, ¿hay alguno que sea de temporada? Comer melón en invierno, calabaza después de un rato en la playa, guisantes con la manta puesta encima o fresas para Navidad no tendría ningún sentido para nuestros antepasados. Los productos son de temporada por alguna razón. Pero a los seres humanos se nos está olvidando. Y todo ello nos pasa factura: a nivel de salud, a nivel medioambiental, a nivel económico y, aunque sea una paradoja al hablar de alimentación local, también perjudica a nivel global.
Productos Km 0 son los que para llegar hasta nuestro plato no han viajado más de 100 kmLa sostenibilidad del planeta está en grave peligro desde hace tiempo y nuestro modelo de consumo actual tiene buena parte de culpa: comer lo que queremos cuando nos apetece tiene sus consecuencias.
Una alimentación con ventajas
Los productos Km 0 son una tendencia en boga desde hace algún tiempo porque enlazan una filosofía de vida donde priman los valores ecológicos y de respeto al medio ambiente mediante un consumo consciente y responsable, basado en sistemas de producción sostenibles y racionales, que garanticen la continuidad de los recursos para nuestra generación.
Consumir productos Km 0 comporta una serie de ventajas, tales como conseguir llevar una alimentación más sana, equilibrada y saludable; favorecer la agricultura, la ganadería y la gastronomía local; reducir la contaminación; favorecer la sostenibilidad y promover una economía más justa.
A modo de gran resumen, los productos kilómetro 0 son aquellos que para llegar a nuestro plato no han viajado más de 100 km. Por supuesto son ecológicos, no llevan sellos ni etiquetas, así que la forma más fácil de comprarlos es acercándonos a nuestro mercado local.
Un consumo responsable y respetuoso con las personas y con el medio ambiente es posible amén de necesario.