Kellogg Company y Cervezas La Gardenia -elaboradora de la cerveza artesanal ‘La Rosita’-, han firmado un acuerdo para la puesta en el mercado de la cerveza ‘Rosita Kellogg’s Choco Krispies’, que se elaborará con la reutilización del arroz tostado con cacao Choco Krispies que, habiendo sido desechado durante el proceso de producción, está en perfectas condiciones para el consumo humano.
Según informó ayer Kellogg Company, la compañía acaba de anuncian un nuevo objetivo de reducción de desperdicio alimentario. Para 2030, el compromiso es reducir sus desechos orgánicos, que incluyen el desperdicio de alimentos, en un 50%, como parte de su compromiso corporativo global de Better Days para reducir su impacto en el planeta.
Los desechos orgánicos se producen durante la producción de alimentos debido a diferentes causas, como los procesos de limpieza, controles de calidad o rotación al hacer diferentes productos como el mismo equipo. Por lo general, se generan diferentes tipos de desechos orgánicos. Algunos son perfectamente aptos para consumo humano y se pueden aprovechar, mientras que otros pueden ser utilizados como alimento para animales o enviados para genera energía a través de la digestión anaeróbica.
Compromiso social
Desde su origen en 1906, Kellogg Company mantiene un sólido compromiso social con las personas y el planeta. En su afán por actuar siempre de manera sostenible, Kellogg también está alineada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 de la ONU: ‘Producción y consumo responsables’.
¿Por qué una cerveza? Desde hace dos décadas, los excedentes de producción de Kellogg en España se donan a Bancos de Alimentos, llegando a donar una media de tres millones de raciones de alimentos anualmente. Durante el proceso de elaboración y envasado se generan deshechos debido a rechazos de la línea de producción, que responden a diferentes causas como variaciones de gramaje con respecto a lo indicado en la etiqueta, envases dañados, etc. Estos alimentos son perfectamente aptos para consumo humano y, por tanto, pueden ser aprovechados.
El arroz con el que se elaboran los Choco Krispies en la fábrica de Kellogg en Valls se cultiva en el Delta de l’Ebre, donde la compañía tiene en marcha el programa Origins con los agricultores para mejorar la sostenibilidad del cultivo. Muy cerca de la planta de Kellogg, en Alcover, también se ubica ‘Cervezas La Gardenia’. Por ello, y dado que el arroz se presta al maridaje con la malta (base fundamental para la elaboración de la cerveza), Kellogg propuso el aprovechamiento del arroz tostado con cacao desechado y apto para consumo humano a la cerveza, naciendo así ‘Rosita Kellogg’s Choco Krispies’.