La Dirección General de Política Energética y Minas del Ministerio para la Transición Ecológica autorizó la ejecución para sellar y abandonar definitivamente los pozos del Castor. En la resolución publicada este lunes en el BOE (Boletín Oficial del Estado), se dio luz verde a los trabajos, que ya contaban con la declaración de impacto ambiental aprobada desde hace dos años, y que serán ejecutados por una plataforma danesa que se trasladó a la zona del fallido almacén submarino de gas. La autorización, válida por cinco años, requiere que Enagás disponga de una cobertura por responsabilidad civil de 50 millones de euros, un verificador independiente que “valide” todas las fases del proceso de clausura, y la aplicación de un programa de vigilancia ambiental con informes semanales.
Enagás ya tenía la autorización para poder sustituir los sellos provisionales de los trece pozos del almacén Castor, instalados en abril de 2016, por tapones de cemento definitivos. Se colocarán 37 tapones de cemento, 22 mecánicos y 15 con “técnica PWC”, con explosiones controladas. La duración estimada del proceso es de entre 6 y 8 meses. Los trabajos se han distribuido en “fases y lotes” que serán supervisados por una comisión mixta de representantes del Govern y del Estado.
Esta resolución dio inicio al desmantelamiento, aprobado por el Consejo de Ministros en 2019, de un proyecto que llevaba más de una década paralizado, debido a los seísmos registrados en el año 2013 cuando se comenzó a inyectar gas en el almacén submarino que ahora se clausura. Se llevará a cabo con la plataforma marina Noble Resolve, que ya viajó hace unos días desde Dinamarca hasta el Castor, haciendo escala en el puerto de Tarragona donde fue descargada desde un buque especializado.
La resolución establece una serie de requisitos técnicos, ambientales, administrativos y de seguridad que Enagás deberá cumplir durante el sellado. Todas las fases deberán ser avaladas por “un tercero independiente” y “garantizar la conformidad” con las certificaciones estándar internacionales. Los trece pozos submarinos del almacén Castor deberán quedar “totalmente aislados” de “las formaciones con potencial de flujo de gas u otros fluidos”. Durante el sellado, se realizará un monitoreo sísmico y se aplicará un programa de vigilancia ambiental, con informes semanales.
Además, Enagás tendrá que presentar informes técnicos detallados al finalizar las operaciones, en un máximo de dos meses tras la clausura de los pozos. La documentación técnica deberá entregarse al registro técnico de hidrocarburos, incluyendo informes geológicos, pruebas de producción y registros digitales. Ante cualquier incumplimiento, el Ministerio podrá revocar la autorización, y una vez efectiva esta, devolverá las garantías económicas constituidas para la retribución del gas colchón.
