Deltebre, cuna de la escultura hiperrealista

Premio. Cristina Iglesias ha recibido la Medalla de Escultura 2020 de la Asociación Española de Pintores y Escultores

20 octubre 2020 15:10 | Actualizado a 23 octubre 2020 08:11
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«La escultura hiperrealista exige un alto nivel de perfeccionismo y mucha autocrítica. No vale decir así está bien». A base de esfuerzo y dedicación, la artista plástica Cristina Iglesias (conocida artísticamente como Cristina Jobs) se ha convertido en toda una referencia en el mundo de la escultura hiperrealista. Desde Barcelona hasta Deltebre, pasando por Madrid y Bilbao, emprendió su carrera en 2006 como técnica de efectos especiales para cine. «Empecé hace 15 años como técnica de efectos especiales para cine, que es una profesión que me permitió conocer y trabajar con muchas técnicas y materiales, y adquirir experiencia profesional», explica la artista, quien en 2009 creó su propia empresa codirigida en el País Vasco, trabajando para «productores y directores del País Vasco y de Madrid». Después ha continuado su trayectoria profesional en solitario, impulsando la empresa ClonFactory S.L.U, el primer estudio de FX, réplicas humanas y animales para cine en España, dirigido únicamente por una mujer. De hecho, su trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional, formando parte del equipo ganador del Premio Goya 2016 en su departamento, y su trabajo se vio reflejado en los Premios Oscar 2016 bajo la nominación de la película Loreak.

«Hace cuatro años decidí regresar a Deltebre para formar una familia. Entonces, empecé a interesarme por el mundo del arte, ya que sabía que el regreso a mis orígenes conllevaría redirigir mi carrera profesional», explica Cristina Iglesias, quien añade que «entonces veía más difícil, con una familia, seguir en el mundo del cine porque el estilo de vida es siempre al límite, por los horarios, los rodajes… Era complicado conciliar la vida profesional y personal».

Por ello creó Babyclon® en 2014 con la que se ha posicionado como la marca más importante del mundo en el sector de la creación de esculturas bebé de silicona para coleccionismo. «Cuando regresé a Deltebre mi prioridad y necesidad fue formar un equipo que pudiese continuar ofreciendo la misma calidad con la marca Babyclon®», explica Cristina Iglesias, que ha convertido este proyecto en «una marca mundial en innovación y de técnicas y materiales en el sector».

En cuanto a los clientes para los que trabaja, explica que «tengo desde encargos de coleccionistas de arte hasta coleccionistas de muñecas». En lo que se refiere a la creación de esculturas bebé, Cristina Iglesias asegura que, en cuanto a materiales, «la silicona es el material más realista». Si bien, este año ha firmado su primera colección de esculturas hiperrealistas para el espacio público en Deltebre. «Dones de Fang ha sido la primera obra de escultura hiperrealista, no efímera, para exterior en todo el mundo», afirma la artista.

Reconocimiento

En este sentido, la artista asegura que «a nivel nacional no hay demasiados artistas hiperrealistas, por lo que creí que especializarme en este sector sería una oportunidad», cuyo propósito también es «dar a conocer el arte hiperrealista y despertar el interés por esta faceta artística, muy desconocida hasta ahora, y que tiene como referente mundial a Ron Mueck».

Y por esta razón se complace del reconocimiento que el equipo de ClonFactory haya ganado la Medalla de Escultura 2020 Puro Arte, un premio otorgado por la Asociación Española de Pintores y escultores. La pieza ganadora ha sido Baby Avatar, firmada bajo el nombre de Cristina Jobs. «La medalla es una forma de visibilizar el trabajo en equipo y el arte hiperrealista, y para mí significa una demostración de que el trabajo que hacemos todo el equipo vale la pena y que está en un nivel alto dentro del mundo del arte», afirma Cristina Iglesias.

También ha recibido una mención de honor por otra pieza suya, Gorilla que, junto con el Baby Avatar ganador, están expuestas actualmente en Madrid. Además, el pasado fin de semana la artista inauguró una exposición colectiva contemporánea en la galería Abartium, que estará hasta el 1 de noviembre.

Por ello, reivindica que «el trabajo del artista hiperrealista no es solo esculpir». «Debemos saber hacer dentaduras con la misma técnica que utilizan los protésicos dentales, debemos saber hacer ojos de igual modo que hacen los protésicos oculares y lo mismo con los implantes de cabello, etc.». En este sentido, resalta que «de cada proyecto en el que nos adentramos, la investigación sobre el tema es brutal para llegar a entender la anatomía tanto por fuera como por dentro». Como ejemplo, Cristina Iglesias recuerda que para la película Loreak le encargaron reproducir el cadáver del protagonista, «una reproducción que debía ser exacta a los cadáveres que se donan a la ciencia en las facultades de medicina y que se conservan en formol». «Debimos entender cómo reacciona el cuerpo, es decir, por qué se arruga de unas zonas y de otras no, o por qué se desinfla… Entonces, llegar a entender las reacciones del cuerpo fue toda una experiencia, porque debimos formarnos por parte de los profesores de la facultad de medicina, y adentrarnos en el proceso, desde que llega un cuerpo a la facultad hasta que los estudiantes pueden empezar a trabajar con él. Fue una experiencia muy didáctica», asegura la artista. Cristina Iglesias reconoce que «la mayoría de trabajos son un reto, porque no hay dos encargos iguales». «Siempre que el proyecto sea algo funcional será más complicado que si se trata de algo estático, porque debes intentar simular vida en algo que realmente no tiene», afirma la artista.

Nuevos proyectos

Actualmente, Cristina Iglesias se encuentra involucrada en el proyecto artístico Efímera-19, en el que utiliza la escultura hiperrealista como vehículo cultural, social, artístico y familiar. «Es una exposición efímera que quiero realizar en Barcelona o Tarragona y Deltebre, y que consiste en posicionar diferentes esculturas hiperrealistas de silicona en un espacio público sin previo aviso», explica la artista. La intención –detalla– «es durante cuatro semanas exhibir una situación real y contradictoria que se ha producido a raíz de la pandemia. Por ejemplo, en un parque nos podemos encontrar a una persona sentada en un banco en una postura de distanciamiento y a unos metros más lejos dos personas paseando a sus bebés y que los dos intentan cogerse de la mano». Al lado de las obras habrá un tótem informativo de la iniciativa y se invitará al espectador a aportar una solución a lo que está viendo». «Una vez se recojan todas las aportaciones, la idea es hacer un debate con personas del ámbito de la medicina, el turismo, la política, etc. Para intentar encontrar soluciones a las situaciones contradictorias planteadas. Se trata de llegar con el arte allí donde los abordajes sociales y políticos no llegan», concluye la artista.

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