El Nàstic no pudo comenzar su aventura en la faceta de las jugadas de estrategia que cómo lo hizo. No se habían cumplido ni cinco minutos cuando la tromba inicial de juego les regaló el primer córner del curso. Borja Martínez, encargado de lanzar los córners desde el sector derecho, acudió al banderín y plantó el cuero. En su cabeza recordó que tocaba meter el cuero en la zona donde dictaba la jugada ensayada que llevaba el nombre de Sant Magí. El talentoso mediocentro no defraudó en su lanzamiento porque lo mandó directo y tensionado a la zona del primer palo. Allí esperaba Nacho González que impuso su ley gracias a su poderío aéreo. Su contacto con el cuero fue perfecto porque peinó con la suficiente delicadeza como para desviar el balón lo justo como para que pasara entre una maraña de cabezas. Fue gol. El equipo lo celebró haciendo una piña porque eso es lo que quieren ser, o mejor dicho, ya son.
Dani Vidal reveló como nació esa jugada en los entresijos del Nou Estadi. «Voy a contar una anécdota, esa acción a balón parado tenía un nombre, porque nosotros las jugadas ensayadas las separamos por nombre porque creemos que son más fáciles de recordar. Casualmente a esta jugada le cambiamos el nombre porque el otro día hicimos una visita a Sant Magí y el mosén nos dijo que Sant Magí no metería la cabeza, pero seguro que nos ayudaría, y así ha sido». Así contestaba Dani Vidal a la pregunta realizada en la sala de prensa del Nou Estadi Costa Daurada tras conseguir la victoria frente al Arenteiro. Su cara de felicidad era absoluta. El equipo había competido como se esperaba y sobre todo había ganado. La forma en lo que lo había hecho también generaba orgullo, por no hablar del balón parado.
El técnico tarraconense no tuvo reparos en elogiar también la figura del segundo entrenador, aprovechando la pregunta: «Contento por Iván Moreno porque es el encargado de esa faceta a la que se dedican muchas horas y a las que se las ha dedicado». No son palabras vacías, Vidal sabe lo que es la figura del segundo entrenador. Él lo ha sido durante un año y medio, primero de Raül Agné y luego de Iñaki Alonso. Del primero sí que tuvo todo el apoyo y confianza que un segundo entrenador necesita para sentirse cómodo y aportar al grupo. En el caso del segundo entrenador del que hizo de asistente, la cosa fue diferente.
Vidal tiene muy presente esta etapa que ha vivido en el Nàstic y por ello en verano tuvo claro que no le valía cualquier perfil a su lado. Tampoco al club que exigió un segundo de garantías para suplir a la figura de Manolo Martínez, que llegó cuando Vidal dio el salto al banquillo, pero decidió no continuar para seguir centrado en su carrera empresarial de altos vuelos que no le permite compaginar el día a día con el fútbol.
La búsqueda fue delicada, pero finalmente surgió el regreso de un hombre de la casa que había entrado al Juvenil A y a la Pobla y que en las últimas campañas había sido una leyenda del Vilafranca al que dirigió en más de 300 ocasiones.
Iván Moreno ha llegado al Nou Estadi con la experiencia como aval y por eso Vidal desde el minuto uno de pretemporada le cedió el testigo de su figura y también las tareas del ABP (Acciones de balón parado).
De momento su pizarra ya ha dado rédito. Nada más y nada menos que tres puntos porque sin su gol fabricado no habría habido victoria porque al Nàstic le faltó colmillo para sentenciar el encuentro.
El ABP ya ha dejado varias pistas entre la pretemporada y el debut liguero. Borja Martínez y Jaume Jardí parece que se postulan como dos de los principales lanzadores de córners del equipo. Luego en faltas directas todo apunta a que Jardí será también una de las armas principales porque su zurda es veneno puro en esta faceta. Desde el punto de penalti, Joan Oriol será la primera opción siempre que esté sobre el terreno de juego.