El Nàstic de Tarragona es un equipo que en los dos últimos partidos ha visto como el fútbol le ha condenado a la derrota sin merecerlo. Primero, fue ante la Cultural donde los granas saborearon con amargura una derrota que llegó en la agonía, dejando en nada un ejercicio de rebelión que había permitido igualar un 0-2 en contra ante el líder. De aquel partido se aprendió que no se puede fallar tanto a nivel individual en defensa. En este tipo de partidos hasta el más mínimo despiste se paga caro. Luego llegó la derrota ante el Huesca que supuso la eliminación de la Copa del Rey en segunda ronda. Un choque en el que los granas jugaron mucho mejor, pero en el que un solitario gol oscense les mandó para casa. De aquel encuentro se aprendió que ante los grandes rivales no se puede perdonar tanto en ataque porque ellos a la mínima que tienen, facturan.
Volver a ganar
Las dos últimas derrotas del Nàstic tienen fácil explicación y ahora es momento de ponerle remedio. Tocará hacerlo en un escenario de altura como es el Toralín. En el Bierzo se respira puro fútbol. Es una caja de cerillas, en el buen sentido de la expresión, porque prende rápido. Allí el Nàstic sacó la victoria el curso pasado gracias a un solitario gol de Marc Fernández, pero tuvo que resistir una tromba final que vivida en directo fue todo un ejercicio de supervivencia. Aquel ambiente metió medio, aunque nunca asustó a un equipo que el año pasado jamás se amedrentó.
Los granas quieren repetir esa actuación a partir de las 19.30 horas, aunque apunta a ser un partido muy diferente. Este Nàstic 2.0 de Dani Vidal es otro. Un equipo que ha mejorado en defensa, pero que ahora su punto fuerte lo tiene en ataque. Es cierto que ante el Huesca faltó acierto, pero eso no suele ser rutina en los tarraconenses. Los granas son un equipo que atacan bien porque tienen talento y una idea firme. Eso provoca que en cada encuentro se consigan generar varias ocasiones de gol y que la capacidad para aprovecharlas esté siendo bastante efectiva en líneas generales.
Gorostidi, baja
Para el partido ante la Ponferradina, Dani Vidal cuenta con todos los futbolistas disponibles a nivel físico, pero tendrá que afrontar una baja por motivos de sanción. Ander Gorostidi abre la veda de las sanciones al recibir la quinta amarilla de la temporada ante la Cultural Leonesa. Tal y como dicta la norma, la quinta amarilla acarrea suspensión. Por otro lado, Biel Vicens se ha quedado fuera por decisión técnica.
La baja del mediocentro vasco es delicada, pero no mortal para el Nàstic porque si algo tiene es plantilla para imponerse a las ausencias. En la sala de máquinas esto no es una excepción, aunque sí que apunta a afectar a otras líneas. Marc Montalvo será titular en la medular y su acompañante será Óscar Sanz o Álex López. El primero jugó de central ante la Cultural Leonesa, pero apunta a regresar a su posición natural en El Toralín. Es cierto que Álex López ofreció buenos minutos en la segunda mitad ante el líder y contra el Huesca fue titular y rindió a gran nivel, pero el canterano está un punto por encima y su entrada en el doble pivote permitirá recuperar la zaga que actuó en Copa y que volvió a ofrecer grandes sensaciones. Antonio Leal y Unai Dufur recuperaron su mejor nivel, sobre todo en el caso del segundo, y apuntan a liderar la retaguardia escoltados en los flancos por Joan Oriol y Pol Domingo y por Alberto Varo en la portería.
Dudas en ataque
Así pues, las grandes dudas del once inicial residen en el frente ofensivo donde las posibilidades son muchas, pero solo hay cuatro huecos. Víctor Narro, Jaume Jardí, Marc Fernández y David Concha pugnan por los dos costados. Solo el primero parece tener asegurada la titularidad, mientras que entre los otros tres estará el elegido para ocupar la derecha.
En el frente del ataque, Antoñín Cortés, Pablo Fernández y Álex Jiménez están aptos para ocupar la doble punta de lanza. El delantero de Águilas fue el titular en la Copa y eso permite pensar que los dos primeros serán los elegidos. Pero nunca se sabe.