Roberto Torres ha sido el fichaje estrella del mercado invernal. A sus 35 años llega procedente del Inter Escaldes de Andorra y que ha jugado más de 150 partidos con Osasuna en Primera División, club del que es el segundo futbolista con más partidos oficiales. Un centrocampista que puede jugar tanto en la sala de máquinas como en la mediapunta.
«He escogido venir porque creo que es un sitio apropiado para hacerlo bien. Es un club que normalmente ha estado en Segunda División y tenemos un futuro muy bonito por delante», afirmó Torres en su presentación.
El exjugador de Osasuna regresa al fútbol español con el objetivo de volver a engancharse al fútbol profesional y demostrar que sigue siendo competitivo: «Ya jugué aquí un playoff de ascenso a Primera. Aquí me puedo volver a enganchar al fútbol profesional y me genera mucha ilusión».
Javi Sanz, clave en la llegada
Torres también destacó la importancia de su conversación con Javi Sanz, exdirector deportivo del Nàstic: «Esta última semana he hablado más con Javi que con mi familia. Ha sido una pelea dura salir de allí, pero sabía que tenía que hacer toda la fuerza posible para venir a un club histórico».
Además, el destino quiso que su debut con el Nàstic se produzca en Tajonar, un lugar especial para él: «Cuando vi que me tocaba debutar en el Tajonar, supe que firmaría por el Nàstic porque no creo en las casualidades. Es algo súper bonito jugar contra el equipo de mi vida, pero voy a ir a muerte con este escudo».
Convencido del reto
Sobre su aportación al equipo, Torres fue claro: «Puedo aportar veteranía, ilusión, trabajo. Me encanta entrenar e intentaré ayudar en lo que pueda. Cumplo 36 años dentro de un mes, pero siento que tengo 20 años».
Por último, el centrocampista reveló que rechazó otras ofertas para unirse al club catalán: «He tenido dos propuestas de Primera RFEF, pero no las contemplé. Cuando me llamó el Nàstic, supe que tenía que hacer todo por venir».
