Raül Agné compareció en el juicio final de Las Gaunas con solo dos modificaciones respecto a las tres últimas semanas. El técnico de Mequinenza ha encontrado su once tipo en el que la juventud y la veteranía mezclan a la perfección. Con esa apuesta ha logrado ganar tres de cuatro partidos para colocar al Nàstic cerca de los puestos de play off y zanjar al menos de momento el debate sobre su futuro. La valentía tiene premio y basar las alineaciones en la meritocracia le ha dado el rédito que esperaba. El maño ha enseñado sus cartas y resulta que han terminado siendo más ganadoras que nunca.
En el once frente a la SD Logroñés había hasta seis jugadores por debajo de los 25 años. Los números hablan por sí solos y el Nàstic puede presumir de tener una columna vertebran en la que su mayoría presenta un futuro esperanzador por delante. En las últimas semanas la cifra había sido de cinco, pero la apuesta por Pol Domingo en el centro de la zaga añadió todavía más juventud al equipo.
Alexandre Tirlea, Marc Montalvo, Aarón Rey, Marc Álvarez y Andrei Lupu son los otros cinco jóvenes que estuvieron en el once. Cinco jugadores que ahora mismo están lleno en los planes de Raül Agné por su talento y por su personalidad.
Lo que todavía da más mérito a esta apuesta por la rebeldía es que tres de esos cinco cachorros se han formado en las categorías inferiores del Nàstic. Un claro reflejo de la importancia de la Bulladera. Ahí sale talento y solo hay que apostar por él cuando este pide paso.
Agné nunca se ha cortado en ese sentido. Ya le dio la titularidad a Pol Domingo durante buena parte de la pasada temporada y este año no le ha temblado el pulso para desde un primer momento darle vuelo a Marc Montalvo y Marc Álvarez. Las semanas pasan y los dos no se han caído de los planes, sino que todo lo contrario, cada partido que pasa se les ve más asentados en el once. De hecho, el mediocentro de Riudoms marcó su primer gol el otro día como jugador del Nàstic.
Si estos jóvenes están alcanzado un gran nivel es en cierta medida porque al lado tienen unos referentes que les trasladan ese poso y experiencia que durante cierta fases de los encuentros necesitan.
Son los otros cinco futbolistas del once que ahora mismo tienen el cartel de titulares indiscutibles. Son fijos y su competencia ya sabe que las cosas deben cambiar mucho para que dejen su sitio en el once. Manu García está en su mejor momento a sus 31 años. Uno de los mejores porteros de la categoría como ha demostrado desde que llegó a Tarragona. Su voz sobre el campo se escucha porque es uno de los que manda y cuando él habla, los jóvenes escuchan, tanto para lo bueno como para lo malo.
Josema Gómez comenzó como suplente y ha dado un vuelco total a su situación. Ha pasado por la derecha a Marc Trilles y Alex Quintanilla y está siendo el central con mejor rendimiento en líneas generales. Su gol ganador en Las Gaunas solo hace que elevar su estatus en la plantilla.
Lo de Joan Oriol no es sorpresa porque ya son tres años en los que ha dejado claro en Tarragona que no existe mejor lateral zurdo en la categoría. 35 años, pero en un estado de forma descomunal.
Pedro Del Campo comenzó la temporada tarde por una lesión, pero desde que se recuperó ha gozado del cartel de titular indiscutible. El mediocentro gerundense es una debilidad para un Raül Agné que no duda en darle las llaves del centro del campo. Además mezcla muy bien con Marc Montalvo, formando una sala de máquinas de trabajo, pero de control de balón.
Por último, Guillermo Fernández se asoma ya a la treintena a la que llegará en mayo. Por el camino ha dejado ya cuatro goles que serán más porque al vasco cada vez se le ve con más confianza en su juego.
