Mia Ayats se proclamó subcampeona mundial de BMX el 14 de mayo en Rock Hill, Carolina del Sur. Pese a la negativa de la Federación Española de Ciclismo para costear el viaje, la piloto de Altafulla pudo defender el título mundial logrado el año anterior en Glasgow gracias a una campaña de micromecenazgo impulsada por sus padres.
La joven de 11 años se doctoró en la cuna del BXM Racing -Estados Unidos- y sigue rompiendo moldes, siendo la única piloto en España en alcanzar el podio a nivel mundial, a pesar de no existir ningún circuito internacional en toda España donde pueda entrenar.
Con todo, la pasión de Ayats encima de la bici se mantiene inquebrantable. El mismo día que aterrizó de vuelta en Barcelona rogó a su padre poder ir a entrenar con su equipo, el BMX Catalonia Team Club. Y es que la competición no da tregua a la joven promesa tarraconense. Este fin de semana defenderá la corona del Campeonato de Europa en Verona, Italia.
«Cuando supe que podía ir me puse muy contenta. Tras haber ganado el año pasado, me preguntaba qué sucedería si no participaba esta vez», expresa Ayats.
El World Championship BMX celebrado en Estados Unidos, donde se originó la modalidad más intensa del ciclismo, suponía la prueba de fuego definitiva para Ayats, al medir su nivel ante los mayores talentos del mundo de su categoría -sub11-. Mientras el campeonato de España acoge alrededor de 300 pilotos, en el americano compiten más de 6.000.
Sin embargo, el camino hacia Rock Hill no fue sencillo. La Federación Española de Ciclismo no se hace cargo de corredores menores de 16 años. Dadas las circunstancias, y pese a no tenerlas todas consigo, la campaña de crowdfunding impulsada por sus padres fue todo un éxito: recaudó cerca de 5.800 euros que hicieron posible el viaje.
En Rock Hill, Ayats se consagró como uno de los mayores talentos emergentes del BMX. «Llegar a la final ya era todo un éxito”, asegura. Bajo la lluvia, la joven piloto lideró todas las pruebas preliminares y cuadro eliminatorio hasta la final, donde llegó a meta tan solo 1.2’’ detrás de la primera clasificada, una piloto americana. «Se lo merecía ella como me lo merecía yo u otra de la misma categoría. Quedé segunda y estoy muy contenta por el resultado», manifiesta Ayats.
La plata lograda supone todo un hito visto en perspectiva. Ayats, que se tiene que desplazar hasta Barcelona para poder entrenar, no dispone en toda España de un circuito que reúna las condiciones y estándares estipulados por la Unión Ciclista Internacional. «Es como hacer un entreno en la carrera», apunta la altafullense.
Tal y como explica su padre, Marc Ayats, la imposibilidad de entrenarse en condiciones de competición implicará un freno en su progresión a la larga. «Solo con las cuatro rectas del circuito internacional podría entrenar todo lo que Mia trabaja aquí», señala.
El entrenador de Mia, Alfredo Moreno, lleva años picando piedra para encontrar un espacio en la provincia donde poder construir un circuito internacional.