Pionera de la Arrabassada, del Club Tennis Tarragona y del Ateneu. Artista de renombre. Compañera de escenario del mítico Joaquín Sabina. Defensora a ultranza de los animales. Nastiquera de corazón, aunque lo comparte con el Barça y el Tenerife. Margarita Pérez Caracol tiene una vida de película.
Muchos de esos recuerdos los compartirá con su familia y amigos este sábado en la fiesta de, nada más ni nada menos, su 100 cumpleaños. Su familia y amigos le rendirán un merecido homenaje.
La fiesta coincide, casualidades de la excelencia del Nàstic, con el primer partido de la final del play-off. Ese día los granas se enfrentan al Málaga en la Rosaleda. Que mejor regalo para Margarita que un buen resultado.
Margarita Pérez Caracol nació el 15 de junio de 1924. Según explica su hija Conchita, «mi madre siempre fue físicamente muy activa y le gustaban la naturaleza y el mar. Fue campeona de tenis en su escuela, y también le encantaba pintar y dibujar».
En 1952, siete años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, se casó con Doroteo Pérez del Campo. Años después formaron el grupo de baile folclórico ‘Los del Campo’ con sus dos hijos Dorio y Conchita. Estudiaron con la famosa maestra Lucile Armstrong, una estudiosa, a su vez, de la cultura tradicional vasca.
Doroteo, Margarita y sus dos hijos fueron acompañados por el guitarrista Paco Peña y actuaron con el cantante Joaquín Sabina. Bailaban jotas regionales de Aragón, Castilla, Murcia, Valencia y de las Islas Canarias.
Concierto promascotas
Margarita siempre ha sido amante de gatos y perros hasta el punto de que el grupo ofrecía actuaciones para el beneficio de varias sociedades protectoras de animales. Margarita forma parte de la RSPCA (Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales) y Cats Protection, ambas entidades británicas.
La familia actuó en Tarragona en el Club Bolava y en el Port. Su hijo Dorio se convirtió en Primer Bailarín del Houston Ballet y su hija bailó con muchas compañías de ballet clásico y contemporáneo, y ahora es la directora de la Sociedad Internacional de Danza Española.
Doroteo fue piloto de la República y fue derribado dos veces en Catalunya durante la Guerra Civil, pero afortunadamente salvó la vida. Margarita y Doroteo compraron una finca en la playa de la Arrabassada en 1965, cuando la zona apenas estaba urbanizada. Enseguida se hicieron socios del Club Tennis de Tarragona donde jugaban con la familia de su vecino y veteranísimo tenista Leandro Campabadal.
La vena musical y cultural siempre ha estado presente en el siglo de vida de Margarita. Apasionada de la ópera y la música clásica, fue una de las primeras socias del Ateneu de Tarragona.
La gusta mucho el fútbol, y es aficionada del Nàstic, el Barça y el Tenerife. Según comenta Conchita, Margarita «conoce los nombres de casi todos los jugadores y se interesa mucho por sus actividades y formación».
