«Me llamaron desde el campamento de verano de La Molina y me dijeron que Elia había sufrido en su primer día un esguince de tobillo. Que se encontraba bien y que no sufriera. Pero lo primero que pregunté es si tenía que ir a buscarla desde Tarragona». Han pasado ya nueve años de aquella conversación, y José Canales, el padre de Elia, la recuerda perfectamente. Admite que por fortuna no tuvo que ir a buscarla. Porque gracias a aquel accidente fortuito -casualidades del destino- su hija es en la actualidad una figura mundial del tiro con arco, y aspirante a medalla en estos Juegos Olímpicos de París.
«Me enyesaron el pie derecho y en aquella situación no me quedaba otro remedio que hacer las actividades que menos exigencia física tenían», explica por su parte la propia Elia al rememorar aquella experiencia que vivió con 14 años.
Una de ellas era el tiro con arco. Uno rudimentario, de madera, precisamente el que aparece en la imagen principal que ilustra este reportaje. Con él se pasó buena parte de aquellos campamentos tirando fechas a la figura de un lince, y otros animales simulados, situados estratégicamente en aquella porción de bosque. Mientras sus compañeros realizaban excursiones a pie y salían en bicicleta, ella se apoderó prácticamente para sí misma de aquel arco y de sus flechas.
Tal fue la pasión que levantó en ella esta modalidad que nada más llegar a Tarragona lo primero que le pidió a su padre fue que la apuntara de inmediato a un club donde poder practicar más en serio el tiro con arco.
El primero que encontraron fue el club TAU, ubicado en Sant Salvador, cerca de El Catllar, donde reside su familia. Ahí empezaron sus primeros pasos, que luego continuaron en el Club de Tir amb Arc Constantí, con el que está federada (aunque entrena en ambos espacios, al aire libre y en indoor, respectivamente, cuando viene a Tarragona). José Canales, por cierto, también practica, en su caso con el long bow o arco tradicional.
Empezó en el TAU de Tarragona y ahora compite por el Club de Tir amb Arc Constantí