El Nàstic de Tarragona sumó un punto en el Cerro del Espino en un partido que dominó en buena medida y en el que mereció el triunfo
Resarcido. Cometió un error impropio en el gol local, pero después se resarció con dos paradas cruciales en los últimos minutos
Superado. Markus le dio la noche. Le superaron en todos los duelos y tampoco tuvo el día en su versión ofensiva
Condicionado. Vio una amarilla muy pronto, algo rigurosa, que le llevó a medir muy bien sus tiempos. Al estar tan volcados en ataque y jugar con riesgo en las contras, Vidal apostó por relevarlo para no acabar con uno menos.
Mejorado. Comenzó con un error de marca en el gol del Rayo, dejándose ganar la espalda. Pero luego fue uno más en la construcción del juego y rápido para rectificar los errores de sus compañeros. Estuvo a punto de lograr el 1-1 en la estrategia, pero le rebañaron el balón.
Entregado. La nueva imagen del equipo exige un esfuerzo titánico a los futbolistas. El de Cambrils, con 36 años a sus espaldas, dio la cara con una carrera en los últimos minutos para frenar un contragolpe que ya quisieran darla muchos jóvenes.
Mágico. Sacó la varita para telegrafiar un centro a Pablo Fernández. Dominante en el centro del campo desplegó talento en la dirección del equipo.
Director. La combinación de Borja con Marc Montalvo está resultando explosiva. Se buscan, se encuentran y combinan para llevar al equipo hacia delante.
Brillante. El delantero reusense volvió a completar una actuación sensacional, ya fuera en la banda como de segundo punta. Se deshizo de los rivales como quería, centraba con precisión y puso en jaque a la zaga madrileña en todo momento.
Espeso. En la presión fue uno más, sacrificándose como el que más, pero con el balón en los pies se mostró algo más gris.
Dinámico. Fue el jugador más peligroso de la primera parte. Tuvo el empate en una acción a balón parado que remató desviado solo en el segundo palo.
Goleador. Marcó su primer tanto esta temporada con un cabezazo picado que engañó completamente al portero del Rayo. Muy móvil entrando desde el centro para pivotar o cayendo en banda.
Habilidoso. Encontró pasillos en el carril central para abrir la defensa local.
Seguro. Con el equipo muy adelantado Dani Vidal apostó por el navarro para correr hacia atrás en las transiciones.
Voluntarioso. Le faltó el gol pero hizo todo lo demás. Dinámico, participativo y generando ocasiones que desbarató el portero.
Desafortunado. Mereció ser el protagonista final con una jugada personal excelente que se topó con los dos palos de la portería.
Defensivo. En el correcalles final mantuvo el punto de equilibrio del equipo entre la defensa y el ataque.
Incorfomista. El técnico grana, que apostó por el mismo once que en el estreno, arriesgó en busca de la victoria dando entrada a los jugadores más explosivos y llamando a su equipo a encerrar al rival.