El Reus solventa un marrón (2-1)

Los rojinegros le remontan al Badalona gracias a un segundo tiempo extraordinario

12 enero 2025 20:16 | Actualizado a 12 enero 2025 20:16
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Pol Benito ingresó en el último suspiro, con el duelo ante el Badalona a plena ebullición. Restaba poco más de un cuarto de hora y el Reus andaba ocupado en una remontada de esas que fortalecen el alma. Benito siempre se ha sumado a la causa cuando se le ha reclamado, ya conoce lo que significa anotar en el descuento, el éxtasis que eso provoca. Parece un tipo con el don del oportunismo. Al Reus, ayer, le solventó un marrón, porque el partido se había embarrado considerablemente.

El menudo atacante rojinegro, acostado en el carril zurdo, intuyó una caída en el borde del área. Se le pedía atención y la tuvo. Acudió a la pelota decido y tiró sin avisar, de primeras. Apostó por el golpeo violento y ese balón viajó teledirigido a la red. Casi en el 90. Pol se dirigió a la zona del estadio donde viven los días de fútbol sus colegas y les abrazó consciente del valor que conlleva esa diana. El resto del estadio se incendió.

La alegría que provocó el 2-1 no era poca cosa, al Reus le costó un mundo hallar los resquicios, de hecho el equipo necesitó de una versión estelar en el segundo tiempo para arreglar lo mal que lo hizo en el primero. Salió tan contemplativo que el rival, en su primera llegada, le golpeó.

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Larrosa, al cuarto de hora, hizo gala de su excéntrica velocidad para definir un balón al espacio y avisar al Reus de que la tardo ni iba a ir por el camino del confort. Todo lo contrario. Ese primer episodio resultó un dolor de muelas. Al equipo de Marc Carrasco le faltó lo que casi nunca la falta en casa; fluidez en ataque, velocidad en la circulación y precisión en las entregas. El caudal ofensivo se resumió en una conexión entre Ricardo Vaz y Ramon Folch que el luso, solo ante Sans, el arquero visitante, la mandó al cielo.

Una modificación en el intermedio mejoró al Reus para el desenlace. Carrasco sacrificó a Pau Ruso para sumar un mediocampista más, Hugo Moreno. Dio frutos, porque el equipo se colocó mejor y monopolizó todo el juego. En realidad fue un segundo capítulo extraordinario del Reus, a la altura de lo que ha exhibido de local hasta ahora.

La veda de la remontada la abrió el capitán, Xavi Jaime, con un gol de falta directa estético, marca de la casa. Jaime mostró de nuevo su dulce estado de forma. Incluso en la adversidad. Pol Benito, otro de los que mama el proyecto desde el inicio, se encargó de certificar una remontada repleta de identidad. El líder no descansa. Va con todo.

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