El Reus Deportiu Virginias asaltó el Pavelló Joan Ortoll y sometió al Parlem Club Patí Calafell en un triunfo contundente por 3-5 que se decidió en la primera parte y que les vale para obtener el billete hacia las semifinales por el título de la OK Liga. Su rival será el ganador de la eliminatoria entre Sant Just y Barça.
El Reus puso tierra de por medio desde el inicio y dinamitó el partido desde las transiciones ofensivas, frente a un Calafell errático de cara a portería y que llegó tarde a la remontada. En el que era el séptimo derbi de la temporada, entre los partidos de OkLiga y Champions, el Reus desniveló el balance global que se divide en tres victorias rojinegras, dos del Calafell y dos empates.
Por su parte, un Joan Ortoll digno de sus mejores galas despidió con honores al técnico Ferran López, arquitecto de la época dorada del equipo del Baix Penedés. Un final agridulce para un fin de ciclo histórico. Jugadores como Arnau Xaus, máximo goleador esta temporada, también apunta a abandonar el club.
En un nuevo duelo táctico milimétrico, el Reus impuso su guion de partido desde el inicio, cubriéndose las espaldas con posesiones largas y siendo capaz de finalizar jugada con facilidad. La misma fórmula ganadora con la que fue capaz de tumbar al Calafell en el Palau d’Esports por 3-0 en el primer partido de la eliminatoria.
Ante las bajas por sanción de dos de sus baluartes, Sergi Aragonès y David Gelmà, el cuadro rojinegro dibujó un esquema muy compacto en la pista que neutralizó las inmediaciones en ataque calafellenses.
Y es que el Reus fue capaz de forzar el escenario ideal de encuentro. Apenas corría el minuto 2 cuando Martí Casas, exjugador del Calafell y máximo artillero de la pasada OK Liga, silenció la que fue su casa durante la pasada temporada. El Calafell no pudo finalizar jugada y el jugador del Maresme cazó la bola con un gran gesto técnico para deshacerse de su oponente y plantarse ante el meta Gerard Camps, al que superó con un potente remate.
El Calafell quería evitar el guion vivido en el Palau d’Esports y se lanzó a por el empate. Espoleados por su afición, la respuesta fue inminente. Jepi Selva le pispó la cartera a Maxi Oruste a media pista media pasta y condujo hasta portería. El inexpugnable Jordi Ferrer cazó el rebote al remate de Selva y firmó la igualada.
Obra maestra de Marc Julià
Lejos de bajar las pulsaciones del partido, Marc Julià volvió a poner las diferencias en el marcador con con un lanzamiento de falta magistral. El gerundense vio el hueco donde no existía y su remate por debajo las piernas de Escala se coló al fondo de la red para el 1-2, cuando apenas se habían disputado cinco minutos de juego.
El Calafell trató de amenazar la portería rival con jugadas al segundo palo, pero por momentos se precipitó en la toma de decisiones. Además, Selva vio la azul por una falta sobre Guillem Jansà.
Martí Casas volvió a ejercer de verdugo en la falta directa. El meta Camps no cedió y fue capaz de repler el primer remate, pero el rebote favoreció a Casas que no falló para firmar el 3-1 al 11’.
La máxima efectividad reusense de cara portería mermó las aspiraciones de un Calafell que pasó a jugar desde el corazón. La solidez defensiva y facilidad para encontrar portería del Reus poco se parece a aquel equipo que empezó la temporada dubitativo y permisivo en tareas defensivas.
El Reus olió la sangre y hurgó en la herida. Julià se internó por la banda y Oruste definió al primer toque para enmudecer la afición calafellense en el cuarto tanto de la noche en el 17’.
Los del Baix Penedès lo intentaron desde el remate exterior pero tanto el hierro como el buen hacer de Càndid Ballart bajo palos impidieron el tanto. La diferencia en el acierto de cara portería marcó la tónica del encuentro.
El ritmo frenético de partido menguó y con ello la esperanza del Joan Ortoll. El capitán Jordi Ferrer fue el autor del quinto a la salida del descanso.
Pese a ello, el Calafell no dejó de luchar, con una incansable presión en defensa para salir rápido a la contra. La insistencia obtuvo el premio de nuevo por medicación de Jordi Ferrer, en su gol número 300 en OKLiga.
A falta de 5 minutos, la remontada del Calafell llegó demasiado tarde. Enfervorizados por su afición, los verdes pudieron maquillar el marcador con un tanto obra de Arnau Xaus a falta de 50 segundos para la conclusión.