El Nàstic saca un empate de Ceuta con sabor a victoria (2-2)

Un gol de Gorostidi en el tiempo deja la eliminatoria de semifinales del play-off de ascenso a Segunda División abierta para el Nou Estadi

02 junio 2024 23:31 | Actualizado a 02 junio 2024 23:57
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El Nàstic regresa de Ceuta con un buen botín. Un empate (2-2) que pone todo de cara para que en el Nou Estadi pueda resolver la eliminatoria. El mejor local del grupo 1 de Primera RFEF debe hacer valer su condición para ganar y plantarse en la final del play-off de ascenso a Segunda División.

No empezó bien el Nàstic. Inseguro en la primera mitad, se repuso en el segundo acto ofreciendo una moral de hierro. Ayudado por la ingenua expulsión de Cristian, se repuso de los dos goles de Rodri Ríos, su bestia negra, para sacar un resultado muy positivo de un campo que fue extremadamente difícil.

Para ganar una eliminatoria de play-off hay que ser contundente. Desde el inicio. No hay espacio para las fragilidades. Si el rival atisba un mínimo de dudas, te cruje. El Nàstic mostró sus debilidades en los primeros minutos. Unas, la falta de gol, que se repondría en el segundo tiempo y otras, la frágil medular, inesperadas. El Ceuta se benefició de ambas.

No se había cumplido el primer minuto y Pablo Fernández tuvo el 0-1 en sus botas. Una ocasión clarísima. Tanto que a buen seguro está clavada en la mente de todos los más de 5.000 nastiqueros que siguieron el partido en la pantalla gigante de Tarragona Ràdio en el Parc del Francolí.

La jugada llevó la firma de Godoy. El canario recibió en la divisoria, fintó y superó por velocidad a su pareja de baile. A su lado llevaba el delantero asturiano. Recibió en la frontal y sin oposición tiró a los guantes de Pedro López. Nadie daba crétido a un error así. No se puede perdonar de esta manera en un play-off.

El delantero del Ceuta Rodri no lo hizo siete minutos después. El primer balón que le cayó en el área fue para dentro. El atacante soriano culminó una carambola fatídica para el Nàstic. Cristian Rodríguez armó la pierna para rebentar la madera. El rebote le fue a Redru que tuvo la visión de dar el ‘pase de la muerte’ para Rodri.

Era el guion menos apetecible. Al equipo de Dani Vidal le ha sido incómodo jugar con el resultado en contra. Tanto que no han remontado un marcador adverso en toda la temporada.

Los granas no tenían el dominio del medio del campo. Se vaticinaba una medular rocosa, con Gorostidi y Óscar Sanz, la apuesta de Dani Vidal, pero se ofrecieron muy frágiles. Superados en número e incapaces de cubrir el despliegue físico y posicional de Uche.

El africano gobernó el carril central a su antojo. Iba tan sobrado que le daba para sumarse a los ataques vertiginosos de su equipo. En el minuto 21 apareció por el área grana para mandar a la red un pase de Cristian. El gol quedó invalidado por fuera de juego.

El Ceuta atacaba poco, pero lo hacía con mucho peligro. Transitaba muy rápido y al Nàstic le costaba seguir el ritmo. La defensa sufría más que otros días. Tampoco ayudaban las pérdidas en construcción que regalaban ataques rápidos.

Por contra, con balón se mostraba dinámico. Llegaba bien a los últimos metros, pero sin contundencia. Sin visión para solventar el tramo decisivo del campo.

Le faltaba agresividad a los granas para reaccionar ante un rival que tiraba del manual canchero para interrumpir el juego constantemente. Los jugadores necesitaban un reset. Pasar por el vestuario para retomar el plan.

Funcionó. El Nàstic entró en el segundo tiempo con otro aire. Más intenso. Decidido no solo a no encajar un segundo gol que pusiera la eliminatoria cuesta arriba, sino para intentar darle la vuelta a la situación.

Emergió Godoy

La dirección deportiva apretó para incorporar a Alan Godoy. Consciente del papel que podía jugar en un equipo falto de mordiente. Un rol que el canario ha asumido en este tramo final. Marcó en el Johan Cruyff y en Ceuta se apuntó uno de los goles de la temporada. Una chilena espectacular que no tuvo respuesta por parte del meta. Para enmarcarlo.

El empate puso el partido en una fase más controlada por el Nàstic. O eso parecía. Un centro de Cedric superó a Nacho y dejó a Rodri cumplir con su tradición ante el equipo grana. No es el primer doblete, ni el segundo, que completa el atacante ante el equipo tarraconense.

Los granas quedaron groguis. A merced de un Ceuta que pudo hacer el tercero. Aisar, perdonó y a los dos minutos, llegó la polémica. Cristian agrede a Nacho y el colegiado expulsa al ex del Castellón. Baja clave para la vuelta.

El Nàstic vio su momento. Supo que tenía media eliminatoria si lograba igualar. Marcó Nacho en un córner, pero el colegiado, quizás condicionado por la roja, anuló el gol por una falta inexistente. Impidió el empate, momentaneamente.

El Nàstic, ahora sí, supo jugar en el escenario. Movió el balón, de lado a lado, hasta que encontró a Concha con espacio para centrar. La puso medida a la llegada de un Gorostidi que aparecía de la nada para marcar y dejar la eliminatoria de cara. Tocará rematarla en el Nou Estadi.

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