El Nàstic empata ‘in extremis’ ante el Huesca (2-2)

Valverde y Bonilla, con un penalti en el 90, igualan los dos tantos del primer tiempo del conjunto oscense

03 agosto 2022 22:02 | Actualizado a 03 agosto 2022 22:25
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El segundo envite de la pretemporada del Nàstic acabó con un empate ante un rival más compacto y trabajado que el Zaragoza. El Huesca logró asestar los golpes precisos cuando los granas concedieron carne. Dos errores defensivos provocaron los dos tantos aragoneses, ambos en el primer tiempo. Un aspecto asumible a estas alturas pero de obligada rectificación. No hay que dejar las cosas pendientes para el final.

En general, el Nàstic no anduvo a base de impulsos. De instantes en los que una asociación o una acción personal obligaba a los oscenses a correr hacia atrás. No se vio el control que sí se pudo disfrutar en los primeros 45 minutos ante el Zaragoza. Esos momentos de inspiración fueron suficientes para reaccionar en el segundo tiempo e igualar el choque. Primero con un tanto de ‘filial’ de Valverde y un penalti que Bonilla tiró a lo ‘Panenka’ en la última acción del partido.

El segundo capítulo de la pretemporada grana subió un grado la exigencia. El Huesca, pese a las carencias y las bajas, ofreció más trabajo. Ziganda, que cuenta con la ayuda técnica del exgrana Mossa, recién retirado, lleva mejor hecho los deberes a falta de una semana para el inicio de Segunda División. La envergadura del rival no impidió que el equipo avanzara en el desarrollo del nuevo software que Raül Agné quiere instalar este curso. Un modelo de juego más atractivo. Más protagonista. Justo lo que se le exigió en más de una ocasión el curso pasado. Hasta que llegó el play-off del ascenso, que entonces valía cualquier cosa con tal de conseguir subir de categoría.

La nueva actitud se demuestra en el perfil de los jugadores. Ni Montalvo ni Gorostidi comparten las mismas virtudes defensivas que Ribelles -al que esperemos no añorar demasiado- sino todo lo contrario. Ofrecen talento e intenciones de figurar en un plano más alegre, sin perder ese punto de control defensivo.

En sus primeros minutos con la camiseta grana Gorostidi, que acabó tocado antes de llegar al descanso, exhibió buenas dotes para acomodarse a esas funciones de generar y al tiempo contener al rival. Consiguió tapar un tiro peligroso tras un malentendido entre Manu García y Montalvo. Ambos futbolistas deben interpretarse mejor. De ello depende en buena medida el futuro creativo del equipo. Por Montalvo debe pasar el inicio de la fase con balón. Al menos, así lo fue en el primer acto. El canterano era el encargado de incrustarse entre centrales para ofrecer una salida terrestre y no abocar al equipo, como en buena parte del curso pasado, al fútbol directo.

Son los primeros compases de la pretemporada y los errores son asumibles. Especialmente si delante tienes a un Huesca rodado y de Segunda División. Pero sí que debe servir para tomar nota. Para que la factura no ascienda tanto que haya que recurrir a ‘palancas’ para pagarlas. Un mal pase de Josema propició el primer gol oscense. La recuperación en zona tan avanzada dejó descolocada a la zaga grana. Lo tuvo muy sencillo el cuadro altoaragonés para dejar a Joaquín ante Manu y batirlo con un tiro cruzado. Ni se había llegado al primer cuarto de hora.

El juego ofensivo grana priorizó los costados. Con laterales doblando y extremos ofreciéndose por dentro. Aún falta mucho conocimiento de las secuencias de juego. Sobre todo los nuevos que deben incorporar algunos de los mecanismos ofensivos establecidos a lo largo de la pasada temporada.

El Huesca contuvo los intentos del Nàstic y solo en algún pase a la espalda de la zaga pudo sufrir más de la cuenta. A Pablo le faltó precisión en el golpeo para poner el empate. Andy le sirvió un balón picado que dejó al asturiano con todo para empalar ese balón caído. No calculó bien y pateó al aire. A la media hora llegó el segundo tanto visitante. De nuevo un error defensivo. Esta vez en el costado diestro de la zaga. Erró Tirlea en la elección del jugador al que seguir y dejó espacio a Vilarrasa que no perdonó.

Como tras el primer gol, el Nàstic pudo recortar distancias antes de llegar al descanso, pero Andrés Fernández puso los puños para despejar un tiro seco y potente de Aarón Rey.

El segundo tiempo ofreció más remates granas. Más verticalidad. Una cualidad que el equipo ni quiere ni debe perder. La presencia de Lupu siempre garantiza que la pólvora está, como mínimo, caliente. Ímpetu no le falta y buenos movimientos tampoco. Si no le llega la pelota por desmarque lo hace por pelea. Con toda esa potencia remató un centro de Bonilla que impactó en el central al que dejó KO durante unos instantes.

Buenos minutos de Pochettino. Activo. Buscando el espacio entre líneas para sorprender. Pudo marcar, pero San Román le robó el gol con una parada de balonmano. Una acción que acabó con el gol de Valverde tras varios rebotes. Pescó el cuero y lo empaló a la red para poner el 1-2.

El 2-2 lo puso ‘in extremis’ Bonilla con un penalti que sacó Trilles. El lema ‘fins al final’ no se pierde ni en pretemporada.

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