La primera –media– temporada de Dani Vidal al frente del Nàstic terminó de la mejor manera posible: arrollando al Alcoyano y con billete para la Copa del Rey la próxima temporada. Los granas han cerrado el mes de mayo con tres victorias y un empate. «Era mi primera oportunidad en fútbol profesional como primer entrenador y sabía que tenía que aprovecharla», comentó el técnico tarraconense, quien se mostró «contento y agradecido por el apoyo».
Sobre si ha hecho méritos suficientes para merecerse la continuidad al frente del equipo el próximo curso, manifestó que «eso deben valorarlo otras personas». «Estoy contento y orgulloso por el trabajo que se ha llevado a cabo, el equipo ha cogido el camino que nosotros queríamos, y hablaremos con el club a lo largo de los próximos días», añadió.
Para un entrenador de la casa, hacer debutar a chavales que ha visto crecer personal y futbolísticamente «es un orgullo», manifestó el técnico, que vio como Albert Querol saltaba al ruedo por primera vez y como Boaz Hallebeek cuajaba una actuación más que notable: «Yo no miro DNI ni trayectoria», expresó.
A pesar de la dificultad de la temporada, el primer tiempo de ayer dio buenas muestras de cómo puede jugar este Nàstic: «Hemos podido dedicar menos tiempo a la parcela ofensiva porque la sangría de goles que estábamos encajando era muy grande, y queríamos mejorar eso», destacó el técnico.
No obstante, también valoró los buenos primeros minutos del equipo en los últimos partidos: «Desde el primer momento, se marcó un camino, y los jugadores han creído ciegamente en él».
Termina así una temporada extraña, en la que Dani Vidal cogió al Nàstic en una situación de emergencia y, al final, el equipo ha terminado el curso a tres puestos de la promoción de ascenso.