Una misteriosa ausencia de rendimiento afectó a Óscar Rico en el arranque del curso. Se buscaban razones lógicas al bajón del exquisito futbolista del Reus. Las preguntas se quedaban en el aire. No había una respuesta concreta. Un motivo de seguridad. Óscar calló mucho y trabajó. Consciente de que necesitaba revertir el escenario. Probablemente, el jugador fue el primero en asumnir el problema. Eso sí, confió siempre en su talento.
Natxo le dejó en la grada ante el Levante y el Alcoyano. Dos domingos consecutivos. Fue como un aviso. La competencia exige. En el actual Reus los privilegios no se regalan. La meritocracia impera. Rico ofreció un salto de calidad a su fútbol cuando el equipo pedía oxígeno. Apareció en la semana clave. Con la Copa y el Villarreal B por delante. Justo en la cita liguera ante el mini-submarino emergió la mejor versión del ilicitano.
El míster tiró de él en la última media hora, con el partido por definirse, ante uno de los rivales de postín del campeonato. Óscar agitó el partido, con su fútbol dinámico y preciso. Generó todo el peligro por la izquierda, su banda natural. Aunque el Reus no ganó, el jugador sí cuativó de nuevo los ojos que le observaban con lupa. Hasta Natxo le puso en el once, en la final copera ante el Lleida, hace una semana en el Estadi. Esta vez acostado en la derecha. En sus botas se originó el gol decisivo de Edgar, en la prórroga. Rico mandó un servicio milimétrico a la carrera de Ángel, el asistente del delantero. El mediapunta completó los 120 minutos.
El domingo, de nuevo ante el Lleida, en la cita liguera, el rojinegro repitió en el equipo inicial. El primer gol del Reus volvió a gestarse en su privilegiada zurda. Fernando cabeceó una falta que Rico lanzó con máxima precisión. Esa virtud suele adornar su juego de desborde, casi siempre relacionado con cualquiera de las dos bandas. El regreso de Óscar no deja de convertirse en una noticia lujosa para el Reus. Más nivel ofesnsivo, más competencia en la plantilla. Natxo se frota las manos. Los recursos para elegir bien abundan gracias al fondo de armario.
