Entre todos los jugadores de la plantilla del Nàstic hay uno que conoce a la perfección los entresijos de La Rosaleda. Se trata de Álex Mula, el futbolista que llegó en el pasado mercado de invierno, y que se formó en la cantera blanquiazul, llegando a debutar con el primer equipo en Primera División. Fue en la temporada 2017/2018 y lo hizo en el Estadio de Montilivi. Su aparición no fue esporádica porque aquella temporada acumuló hasta siete titularides en la élite con solo 21 años, aunque terminó el curso cedido en el Tenerife y viendo desde la lejanía el descenso del Málaga a Segunda División.
Con una nueva etapa en la segunda categoría del fútbol español, Mula encontró hueco en el primer equipo. Durante una temporada estuvo a las órdenes de Juan Muñiz y Víctor Sänchez del Amo, sus dos entrenadores durante la 2018-2019. A Mula le costó encontrar su sitio y terminó son solo 11 partidos jugados, cuatro de ellos como titular. En lo colectivo, el Málaga no pudo regresar a la élite porque cayó en las semifinales del play-off ante el Deportivo de la Coruña.
Tras ese curso, Mula abandonó La Rosaleda para siempre e inició un camino que le llevó por diferentes equipos de la talla de Alcorcón y Fuenlabrada con los que compitió en Segunda División. Ya en el 2023, Mula decidió probar suerte en el extranjero de la mano del Wisla Cracovia polaco en un verano en el que se rumoreó con fuerza su regreso al Málaga que finalmente no se dio.
Antes de venir al Nàstic, Mula estaba jugando en el Lamia de la Superliga de Grecia. En invierno, el Nàstic le reclutó en una gran operación invernal.
Nada más llegar, Mula fue una de las notas más positivas del equipo, acumulando titularidades y protagonismo. Sin embargo, en las últimas semanas su participación ha caído y en la vuelta ante el Ceuta no tuvo minutos. Quién sabe si La Rosaleda puede suponer un punto de inflexión para él. El nido del que voló y al que ahora vuelve con ganas de robar un ascenso.