La afición del Nàstic: 13.972 voces por un sueño

La parroquia grana marcó el primer gol incluso antes de empezar un partido en el que no dejó de animar a sus jugadores, a los que recibió con emoción y a los que llevó en volandas hasta la final del ‘play-off’, donde ya espera el Málaga

09 junio 2024 23:44 | Actualizado a 10 junio 2024 00:17
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El sueño continúa. Este Nàstic está en la final del play-off por muchos motivos, y uno de ellos es su gente, que siempre cumple y que, ante el Ceuta, fue un factor más que diferencial para que el conjunto grana saliera como lo hizo y ganara uno de los mejores partidos de la temporada, sin dar opción a un Ceuta que no pudo competir en lo futbolístico y que se vio superado también por el ambiente.

Un ambiente que empezó a gestarse en un recibimiento increíble de la afición a los jugadores antes de entrar al Nou Estadi. Los héroes granas, que habían hecho noche en el Hotel Tarraco Park, llegaron y rápidamente se percataron del recibimiento que les esperaba. Una marea que no quiso fallar a su cita y que animó con fuerza a lo suyos antes de entrar al feudo.

$!La afición grana mostró un tifo en el que pudo leerse «la il·lusió de la meva terra és l’orgull de la meva ciutat». Foto: Pere Ferré

Un chute anímico de energía y motivación para un equipo que respondió y de qué manera a los suyos, brindándoles una victoria y citándoles en la final del play-off, donde ya espera el Málaga.

Los nervios se palpaban ya pasadas las 18.00 horas. La Xaranga els Guirigalls junto con DJ Percu animaban a la parroquia grana desde las 17.45 horas y el ambiente se caldeaba a medida que iban pasando los minutos.

La llegada del autobús grana desató la euforia de una afición entregada a sus guerreros y que se dejó la voz. Esa euforia la avivaron Dani Vidal, su cuerpo técnico y la plantilla cuando accedieron al Nou Estadi.

$!La celebración de los jugadores una vez acabado el partido. Foto: Pere Ferré

El técnico capitaneó la expedición y recibió los ánimos y el cariño de su gente. Apenas se le veía, pues el humo grana que rodeaba los aledaños de la entrada al templo dificultó la visión de los primeros en bajar.

Después de Vidal, bajó el cuerpo técnico. Todos emocionados por el ambiente respirado. Entre los jugadores, las caras de emoción fueron evidentes, aunque, por encima de todo, primaba una sensación de concentración y de final.

$!La afición del Nàstic esperando al autobús en el que llegaron los jugadores. Foto: Marc Bosch

Borja Martínez y Óscar Sanz fueron los primeros en bajar y percibir ese ambiente indescriptible que se formó en la explanada del Nou Estadi. La hilera de jugadores se rompió cuando tanto el capitán, Joan Oriol, como Andy Escudero, totalmente exultantes, se quedaron en la puerta del autobús, cantando y prendiendo aún más la mecha.

Todos ellos vestían con el polo habitual del Nàstic, a excepción de Marc Fernández, que lució una camiseta vintage grana con publicidad de PortAventura.

$!Los más pequeños también gozaron con la victoria del Nàstic. Foto: Pere Ferré

El primer gol de este duelo entre tarraconenses y ceutíes ya lo había marcado la afición del Nàstic, que no faltó y cumplió con creces una vez más.

Sobre el verde, el uno a cero de Alan Godoy a los 22 minutos de partido hizo que erupcionara una parte de esa tensión y emoción que el Nou Estadi albergaba desde la previa.

$!La parroquia grana enloqueció con los goles de Alan Godoy y de Borja Martínez. Foto: Pere Ferré

Un tanto que fue una mezcla de todo: calidad, inteligencia, fuerza y pasión. Pasión que el ‘29’ ha demostrado desde su llegada a Tarragona y que liberó a un Nàstic más entero con el marcador a favor.

El segundo, obra de Borja Martínez, supuso la certificación de que este Nàstic ya estaba en la final del play-off, y de esa manera lo recibieron las gradas del Nou Estadi, que estallaron una vez más al ver cómo el equipo respondía a su llamada.

$!Los jugadores celebraron la victoria con la afición. Foto: Pere Ferré

Ni el gol del Ceuta calmó los ánimos de los más de 13.900 nastiquers que tiñeron de grana el escenario y que cerraron el partido con ‘bufandeo’ y con una increíble fiesta sobre el verde, que dejó clara una vez más que la comunión que existe entre este equipo y esta afición es uno de los grandes motivos que tiene este Nàstic para seguir creyendo y no despertarse de ese sueño que es volver a la Segunda División.

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