Sumar más voces al camino del arte y la cultura digital

La relación de la mujer con la máquina y el pasado y el futuro de los entornos virtuales centraron un debate en Lo Pati entre artistas, periodistas y comunicadoras

08 mayo 2022 08:34 | Actualizado a 08 mayo 2022 08:45
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«Existe una falacia según la cual las mujeres tenemos la dificultad intrínseca de no entender la tecnología o no saber utilizarla. En cambio, a lo largo de mi vida he conocido muchas mujeres programadoras». De este modo, la periodista Roberta Bosco resume el muro construido en torno a la relación de la mujer con la máquina. Una cuestión que junto a los ciberfeminismos, la vinculación del arte y la tecnología o el pasado, presente y futuro de la cultura digital y los entornos virtuales e immersivos, centraron el debate Dibuixant una espiral cap a la singularitat, que se celebró la semana pasada en Lo Pati-Centre d’Art Terres de l’Ebre, y en el que también participaron la artista visual Alba G. Corral, la comisaria de festivales Antònia Folguera y la comunicadora Pat Quintero, quien moderó la intervención.

¿Cuál es el estado de salud del arte y la tecnología digital? «Es aceptable porque se ha adentrado en muchas áreas donde hace años no estaba presente», explica la artista visual Alba G. Corral, quien de su experiencia destaca el ejemplo del Palau de la Música, «donde el arte digital se ha hecho un hueco, alcanzando un reconocimiento al mismo nivel que otras artes, como la música». En esta misma línea, a la pregunta de por qué no se le ha dado dicho valor hasta ahora, Alba G. Corral asegura que «nos ha faltado oficio, en tanto que estamos en 2022 y todavía hablamos de nuevas tecnologías». Por ello, reivindica la trascendencia «emotiva y artística del arte digital», a la vez que urge que «los y las artistas debemos tener más presencia en museos, galerías, teatros, óperas, etc.». En cuanto a si esta tecnología se percibe como algo carente de emociones, opina que «quien habla en estos términos es por desconocimiento o porque no han visto arte digital en condiciones», mientras que destaca como valor añadido de la cultura digital «la utilización de un lenguaje, unas plataformas y una manera de hablar con la máquina que otras disciplinas artísticas no tienen». Hace referencia al arte generativo en el que «creamos una pieza que es diferente, donde la máquina tienen la autoría de la obra, a la vez que aporta lo vivo y que dialoga con el tiempo».

Por su parte, Antònia Folguera, opina que «en el ámbito del arte y la cultura digital las mujeres han estado presentes desde el primer día», pero lamenta que «tal vez no ha sido en las cifras que nos gustaría y tampoco con la visibilidad que se merecen, pero ha llegado el momento de que muchas de estas artistas y creadoras, como Alba G. Corral, tengan la visibilidad que se merecen».

En este sentido, Folguera recuerda que «el arte no es diferente a cualquier otro sector de la sociedad, en los que históricamente las mujeres han tenido un papel secundario inmerecido». Asimismo, resalta que esforzarse por «una mayor representación y visibilidad contribuirá a añadir voces y perspectivas, que artísticamente se reflejan con nuevos lenguajes y estéticas más inclusivas». Así, Antònia Folguera concluye que «nunca es tarde para que se incorporen más mujeres y más perspectivas, lo que contribuirá a construir el lenguaje del arte del futuro».

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