Cocinar en verano puede ser todo un reto. El horno y las sartenes al fuego aumentan las temperaturas de la casa, pero se pueden hacer muchas recetas sin utilizar ninguna de las dos.
Da igual si eres más de gazpacho o de salmorejo, las dos opciones son perfectas para el verano. «Cada maestrillo tiene su librillo» como se suele decir, pero en general el salmorejo lleva solo tomate y algo más de pan, mientras que al gazpacho se le puede añadir pepino, pimiento verde, pimiento rojo, cebolla y zanahoria. Pero siempre se pueden hacer innovaciones como añadir cerezas, que están de temporada y le dará un toque diferente al gazpacho.
Las ensaladas se pueden convertir en el gran aliado contra el calor. Una opción genial para dejar preparada en la nevera y comerla fresquita después de la playa es la ensalada de tomate y atún. Con estos dos ingredientes, cebolla, unas aceitunas, aceite y sal tendrás un plato muy apetecible en 10 minutos.
Otra opción puede ser la ensalada de espinacas frescas con queso de cabra y nueces, aliñada con un poco de miel. Es una cena rápida y sabrosa. Si no te gusta el queso de cabra puedes cambiarlo por burrata fresca. De hecho, puedes añadir también el fruto seco que prefieras o mezclar varios.
Las sopas calientes quedan descartadas, pero una sopa fría de melón y menta, puede ser una buena alternativa. Solo hay que batir medio melón, un yogur y un poco de menta y tendremos una bebida refrescante sin apenas esfuerzo.
Platos principales
Para los platos principales hay que intentar buscar opciones que nos aporten algún tipo de proteína, por lo que el pescado desalado, ahumado o marinado puede convertirse en un gran aliado. Podemos hacer una esqueixada de bacalao desalado que se puede comprar en el supermercado y solo habrá que desmigarlo, hidratarlo y añadir tomate, cebolla y pimiento. El pimiento crudo puede resultar indigesto para algunas personas. Si es así podemos optar por no incluirlo en la receta.
El tartar también es una opción genial para este agosto. Una idea es hacerlo de salmón y aguacate y añadirle un aliño interesante como aceite, soja, mostaza y un poco de zumo de limón. Solo hay que añadir dados de salmón ahumado a la mezcla, dejarlo media hora en la nevera y luego emplatarlo dentro de un cortapastas redondo con una base de aguacate.
Los rollitos vietnamitas no se conocen tanto, pero son muy fáciles de hacer y son perfectos para comer fuera de casa o para dejar congelados en caso de emergencia. Solo hay que conseguir las obleas de papel de arroz. Se pueden encontrar en cualquier supermercado asiático y suelen ser baratas. Después hay que cortar, frutas, verduras en juliana, tofu o lo que queramos añadirle. Una mezcla que nunca falla es tofu fresco con cebolleta, zanahoria y pepino en juliana, col y aguacate. Para prepararlas solo hay que remojar las obleas en agua templada, poner lo que queramos en el interior y enrollarlo con las mejores habilidades que tengamos. La propia masa se pegará por sí sola y resultarán unos paquetitos transparentes. La receta original lleva fideos de arroz hervidos y se puede dorar el rollito final en la sartén, pero no es obligatorio hacerlo así para que queden sabrosos.
El ceviche también es relativamente fácil de preparar y es muy versátil. Solo hay que cortar en dados el pescado que queramos, preferiblemente uno blanco y firme para cortarlo más fácilmente. Normalmente, se hace con la corvina, además de cebolla morada, cilantro y guindilla o chile (opcional si no queremos picante). Cuando tengamos todos los ingredientes hay que ponerlos en un bol con limón exprimido y sal y tapar durante entre 5 y 15 minutos en el frigorífico.
Otra opción son las ensaladas de arroz, bulgur, cuscús, quinoa... que, si bien estos cereales se pueden comprar y hervir, también se pueden encontrar en el supermercado los típicos vasitos y tenerlos cocinados en un golpe de microondas. Luego solo hay que añadir lo que más nos guste para completar la ensalada, maíz, alcaparras, surimi, atún...
Postres
Hacer horchata casera es fácil incluso para los más torpes. Sólo hay que hacerse con un puñado de chufas, hidratarlas 24 h, tritúralas con agua y un poco de azúcar o edulcorante y colar la mezcla. Se puede servir directamente de la nevera, triturarla con un poco de hielo y hacer un granizado o incluso congelarla para hacer polos.
Los polos son otra alternativa perfecta y fácil. Solo hay que escoger entre las frutas de temporada, licuarlas, ponerlas en un molde o en un vaso con una cuchara y en pocas horas podrás disfrutar de un helado casero. Siempre es una buena idea dejar trozos de fruta enteros antes de congelar el helado para que tenga un sabor más. En agosto, las frutas de temporada son pera, plátano, sandía, uva, arándano, ciruela, frambuesa, higo, mango, melocotón y melón, entre otros.
Una opción con la que sorprender en caso de invitado son los vasitos por capas. Todos empiezan con una base de galleta triturada a la que se le puede añadir un poco de mantequilla desecha, luego, una capa de queso batido, una de fruta, otra de queso y una final de mermelada. Si escoges queso batido y mermelada de arándanos será como el típico cheesecake, pero si lo haces con yogur y melocotón, puedes conseguir un resultado más ligero.
Para los amantes de acabar cualquier comida con un café, en verano, se puede hacer una opción más fresquita. Solo hace falta café soluble, media taza de leche, una cucharada de dulce de leche y unos cubitos de hielo. En menos de 2 minutos en la batidora resultará un café helado con nata o cacao.
Hidratación: De dos a tres litros de agua diarios
Se recomienda beber entre 2 y 3 litros de agua al día, incluso sin tener sed. Hazlo constantemente. No dudes que hidratarte con agua es la mejor opción, aunque, también puedes alternarla con zumos de fruta naturales, infusiones, bebidas vegetales o lácteos. Evita las bebidas con gas y las alcohólicas. Eso sí, en esta época veraniega también apetece tomar algún cóctel por la tarde en alguna terraza, un placer queal que se puede acudir, aunque siempre con equilibrio. Las altas dosis de alcohol no resultan beneficiosas para el cuerpo. Tampoco en época de calor.