La segunda edición del FRONT, la Mostra Internacional de Cinema de Conflicte i Pau, se ha estrenado esta semana con el objetivo de promover una reflexión sobre la memoria y los conflictos a través de producciones audiovisuales. Oriol Gracià, codirector del certamen, destaca el valor de la programación.
¿Qué tiene de especial la segunda edición?
Aunque la primera edición no la pudimos celebrar tal y como estaba pensada, en esta segunda el objetivo sigue siendo llevar películas y documentales hasta los espacios reales de la Batalla de l’Ebre para reflexionar sobre el conflicto y la paz, y sobre la memoria histórica vinculada a la Batalla de l’Ebre y la Guerra Civil. Además, desde el punto de vista cronológico, otros conflictos pueden ayudarnos a reflexionar sobre nuestro pasado o sobre cómo gestionamos conflictos que todavía tienen consecuencias en el presente.
¿Por qué es importante que las proyecciones sean en espacios históricos?
Los espacios son lugares reales de la batalla y tienen una carga simbólica. Por lo tanto, el hecho de celebrar la muestra en la Torre de Font de Quinto o el Castell de Flix aporta un valor añadido a las proyecciones. Así, el contexto acompañará las reflexiones que puedan surgir. También queremos contribuir a que los públicos que desconocen estos espacios, acaben descubriéndoles.
Las proyecciones contarán con sus creadores.
El objetivo no es solo proyectar películas, sino generar debate a su alrededor. Por esta razón, todas las películas, además de una presentación, cuentan con un historiador para contextualizar los filmes, así como un miembro del equipo técnico o artístico. Las actividades paralelas complementarán las reflexiones que puedan surgir alrededor de las películas.
Han buscado complicidades con diferentes bodegas.
Dado que la Terra Alta es territorio de vinos, hemos buscado complicidades con el sector. En este sentido, algunas bodegas profundizan a través de sus vinos en la memoria histórica. Entre otros, el vino Sang de Corb del Celler Frisach homenajea a la gente que sufrió los bombardeos en el Poble Vell de Corbera d’Ebre; Colinas del Ebro de Herència Altés está dedicado a los brigadistas internacionales; y La plage del sumiller Xavi Nolla está elaborado a tocar de las playas de Argelès, donde hubo uno de los principales campos de refugiados republicanos.