Núria Güell (Vidreres, 1981), una artista que pone en el punto de mira las problemáticas sociales que escondemos o que callamos, presenta su obra con una praxis artística colaborativa ligada al feminismo y al activismo en el MAMT (Museu d’Art Modern de la Diputació de Tarragona).
Güell funde de manera exquisita la experiencia vital con la artística y profundiza en las necesidades concretas de los contextos específicos en los que desarrolla sus propuestas, usando medios y soportes inusuales que no se suelen ver en el mundo del arte. Sus obras estudian el complejo entramado de una sociedad precisa para adaptar el tema a las necesidades del entorno, y explicar así relatos cercanos escondidos bajo el manto del decoro.
Su obra, comisariada por Francesco Giaveri, La feria de las flores, nos obliga a reflexionar sobre la explotación sexual en Colombia y cómo la historia del arte y sus representaciones de la mujer han creado una concepción colectiva patriarcal basada en el deseo masculino y la cosificación del cuerpo de la mujer.
Arte y realidad
La feria de las flores es un proyecto realizado entre 2015 y 2017, que nace a partir de una invitación del museo de Antioquía para trabajar una obra relacionada con la violencia hacia el cuerpo femenino. Tras conocer los catálogos de virginidades que se facilitan a los turistas en Colombia, Núria Güell esboza este proyecto en el que colabora con menores víctimas de abusos sexuales. Esta colaboración da como resultado unas visitas guiadas por las niñas por la obra de Fernando Botero en el museo colombiano, explicadas usando a las protagonistas de dichas obras como medio vivo para narrar sus propias historias. Las niñas toman la palabra e interpelan de manera directa al espectador. La pieza clave de la obra, podría decirse, es la efimeridad del proceso y de la intervención. La artista cuenta que ninguna de las visitas era igual que la anterior, pues las niñas cambiaban el discurso adaptándolo al público presente.
De esto, se conserva un vídeo documental que recoge parte del proceso creativo, poniendo la investigación como parte fundamental de la experiencia.
Es muy interesante como Güell, no solo pone en valor las experiencias vividas por las niñas, sino que además cambia enteramente su papel en la concepción general; de una labor pasiva a un papel completamente activo. Ni víctimas, ni sujetos políticos, sino agentes de cambio.
Ayuda, dando un espacio para sus historias, a que las niñas devuelvan el trauma vivido a la sociedad, proyectando sus experiencias en las obras de un ídolo nacional.
La exposición, que se podrá disfrutar en Tarragona hasta finales de septiembre, está compuesta por dicho vídeo y seis fotos de escena o relacionadas con el vídeo. Estos elementos nos acercan a un relato que nos puede parecer ajeno, estableciendo un diálogo, no solo con el espectador, sino también con las obras del mismo museo.