Más que una reseña, esta vez me gustaría escribir, en este pequeño espacio, todas (repito: todas) las frases que Elvira Sastre nos regala en A los perros buenos no les pasan cosas malas. Porque no dejan de ser suspiros del corazón. Y los recuerdos más honestos y bondadosos que alguien puede tener. Los que tengáis la suerte que, como Elvira y una servidora, compartáis vuestra vida con un perro, sabréis de qué se trata. Aprovecho para recalcar el «compartir vuestras vidas con», no «tengáis un...». Importantes matices que no son sólo del lenguaje...
Parece ley de vida que estos seres de cuatro patas tengan que marcharse antes que nosotros. Almas puras envueltas en un bello pelaje que sólo entienden el amor como idioma. No sé si alguien puede amarte de forma más pura, noble y más desinteresada que un animal. Y (quitando a los monstruos como excepción), al revés. Por eso, cuando ‘nuestro’ peludo sufre, está malito, tiene miedo, le hacen daño o cierra los ojos para siempre, el dolor que sentimos los humanos es terrible.
Elvira acogió a Tango con tan sólo cinco meses. A los pocos años, enfermó gravemente y, como explica la poeta contemporánea más reconocida de nuestro país, fue la primera muerte que vivió «y gracias a Tango, le perdí el miedo».
Cuenta Sastre que Tango fue el perro que le enseñó a querer a todos los perros y que fue muy protector «de quienes más quería». Por eso todavía suele ver a Tango cuando tiene mucho miedo o cuando está muy triste.
Tras la resaca de Sant Jordi, vale la pena sentarse con calma a revisar y escoger esas obras que son especiales y con las que vamos a disfrutar con todos los sentidos. Sin duda alguna, estos dos libros lo son. La editorial Baobab se ha volcado con ellos: además de por los textos siempre bellos de Sastre, sino también por las preciosas ilustraciones que acaban de redondear las historias. Ayesha L. Rubio retrata en tiernos dibujos llenos de color y pura emoción la sentida relación de Tango y Elvira en A los perros buenos no les pasan cosas malas. Nudo en la garganta asegurado. Y dudo fuertemente que alguien pueda terminarlo sin los ojos anegados en lágrimas.
En Cuando me quieres, Grillo en casa, el nombre común bajo el que Noemi Villamuza y Marta Bercebal pintan «infancias en compañía animal» con gamas cromáticas similares que en ocasiones contrastan con colores opuestos. En este libro se refleja el amor real, generoso, sano, libre y salvaje entre los seres humanos y los animales en ilustraciones que recuerdan a los libros clásicos de la niñez. «Porque cuando nos queremos, todo es mucho más sencillo, más bonito».
Imposible despedirme esta semana sin citar dos textos de Sastre: «Y que mi casa sea mi casa porque tú me esperas. Y que tú casa sea tu casa porque siempre vuelvo» / «Aprendí de la vida que debía cuidarte, colocarme entre tu cuerpo y el mordisco, oler tus silencios y el más mínimo gesto, protegerte sin necesidad de un peligro, quererte entero y sin fisuras, sin errores, con la tranquilidad que da amor a quien te ama».
A los perros buenos no les pasan cosas malas / Cuando me quieres
- Autora: Elvira Sastre
- Ilustradoras: Ayesha L. Rubio / Grillo en casa
- Editorial: Baobab
- Páginas: 32 / 32
