Una invitación a observar, contemplar y volver a observar. La exposición Picasso. Els 42 estudis sobre paper per al Guernica. Edició facsimilar íntegra, que hasta el próximo 28 de febrero acoge el Museu de Tortosa, brinda la oportunidad de conocer, dibujo a dibujo, los bocetos preparatorios del pintor Pablo Picasso para la realización del Guernica.
En 1937, Pablo Picasso recibió un encargo del gobierno de la República para realizar un gran lienzo para el pabellón español de la Exposición Internacional de París, prevista para el verano de ese año bajo el lema: Artes y técnicas de la vida moderna. A dos meses de la exposición, inmerso en una crisis personal y creativa, Picasso no había conseguido resolver el encargo. «La noticia, a través de la prensa gráfica francesa, de los bombardeos y ataques efectuados por los ejércitos alemán e italiano el 26 de abril de 1937 sobre la población de la localidad vasca de Guernica impactaron mucho al artista, que entre mayo y junio pintó la obra», recuerdan desde el Museu de Tortosa.
Sobre la exposición destacan que «presenta la edición facsimilar íntegra de los dibujos preparatorios de Picasso para la realización del Guernica, que la Editorial Casariego publicó bajo el patrocinio de honor de Federico Mayor Zaragoza, director general de la Unesco, y Catherine Lalumière, secretaria general del Consejo de Europa. La calidad de la edición la hizo merecedora del premio otorgado por el Ministerio de Cultura al Libro Mejor Editado en 1990, en la modalidad de Bibliofilia y Facsímiles. Actualmente, este ejemplar, el 573 de los 750 que publicó la editorial, forma parte de la colección de arte de la familia Caubet-Prades de Tortosa».
«Con frecuencia, trabajamos con coleccionistas de la ciudad y pensamos que sería muy interesante transmitir al público cómo el artista Pablo Picasso creó una de las obras más emblemáticas del siglo XX», explican desde el museo y añaden que «los facsímiles son una reproducción fidedigna, en tamaño y color al cien por cien, de los originales».
Los elementos
En la exposición cada uno de los estudios sobre papel está dispuesto cronológicamente y reflejan desde los temas y las figuras del lienzo (el toro, el caballo, la madre con el niño muerto, la cabeza de mujer llorando, la mano con la espada rota), hasta la definición espacial de la obra. «Los primeros facsímiles son bocetos casi infantiles, muy naíf, ya que son el primer gesto del artista y que después le ayudaron a construir la imagen final. Con el tiempo surgen las primeras composiciones de elementos y la idea final que tuvo el artista», explican desde el Museu de Tortosa y destacan que «los dibujos fueron realizados en diferentes técnicas como lápiz, carboncillo, gouache y óleo».
También predominan elementos de la mitología personal de Picasso. «El artista no creó el Guernica de la nada, sino que en los facsímiles se percibe la influencia de su experiencia anterior con la tauromaquia», recuerdan.
Se puede observar, por ejemplo, un autorretrato bajo la forma de minotauro o los caballos sacrificados de las carreras de toros que, a su vez, «se convierten en símbolos de la tragedia dotados de valores universales fuera del tiempo histórico», relatan desde el equipamiento museístico. Del trabajo artístico de los rostros sobresale «el sufrimiento que transmiten y la gran expresión estilística, mientras que en el tratamiento de las figuras de los animales se ven representados rasgos cubistas». En la exposición Picasso. Els 42 estudis sobre paper per al Guernica. Edició facsimilar íntegra también se pueden contemplar los post scriptum de la obra y cuyo valor –afirman desde el museo– «es que son creaciones posteriores al Guernica pero inspiradas en la obra». «El gran valor del Guernica, dentro de la obra de Pablo Picasso, es que el pintor supo despojar de la subjetividad aquellos temas que anteriormente había tratado y convertirlos en símbolos universales. El Guernica es un símbolo universal que clama contra la violencia contra la población civil. Aquí, el artista hizo un gran paso», afirman desde el museo.