¿Sabía que la Torre dels Escipions, el Aqüeducte de les Ferreres y la fachada de la Catedral fueron los primeros rincones de Tarragona inmortalizados por una cámara? ¿O alguna vez se ha fijado en la impotente anchura de las murallas de la ciudad? ¿Qué sabe sobre las curiosas fiestas marítimas de 1900 y 1901 organizadas para celebrar el cambio de siglo?
El libro Tarragona: les primeres fotografíes, de Jaume Benages y Jaume Fontanet invita a descubrir una ciudad que se aleja mucho de la que conocemos en la actualidad. La obra, con prólogo del escritor Francesc Roig i Queralt, ofrece un viaje visual por la ciudad. «Tenemos en las manos las primeras fotografías de una Tarragona secular, centrada entre los años 1858 y 1900, y que hasta el día de hoy ningún otro libro había recogido», afirma Roig en el prólogo.
El historiador y archivero Jep Martí Baiget firma la introducción, donde se hace un repaso de los grandes fotógrafos que visitaron la ciudad en aquella época. Entre ellos, destaca el británico Charles Clifford, considerado el primero en retratar Tarragona alrededor del 1858. ¿Sus rincones elegidos? La fachada de la Catedral, el Aqüeducte de les Ferreres y la Torre dels Escipions.
Del más de un centenar de fotografías, la mayoría son extraídas de la amplia colección del mismo Jaume Benages, aunque cuenta con alguna que otra valiosa colaboración. Esta impactante cantidad de imágenes se dividen en cuatro grupos temáticos: la Catedral, el mundo romano, la ciudad y el frente marítimo.
Entre las instantáneas centradas en la Catedral destaca la del entierro del arzobispo Benito Vilamitjana i Vila, fallecido el 1888. Fue quien hizo construir el nuevo Seminari de Tarragona. Es por eso que mientras a todos los arzobispos se les enterraba dentro de la Catedral, él lo fue en el presbítero de la capilla del Seminari de Tarragona, cumpliendo así con su deseo.
Una de las imágenes más impactantes del mundo romano es la del Portal del Roser visto desde la Plaça del Pallol. La instantánea muestra las puertas de madera abiertas, que en su día servían de acceso y salida desde la Part Alta hacia los campos de cultivo. En la fotografía resalta la impresionante anchura de la muralla, símbolo de protección de la ciudad.
Cuando se llega a las páginas dedicadas a la ciudad se encuentra una fotografía que retrata los raíles del tranvía de Tarragona. Formado por doce coches, iba desde la calle Reial hasta la plaza De les Cols. Popularmente, se conocía como Tranvia de sang porque eran caballos los encargados de su movimiento. Cerró el 1896 debido a las circunstancias pésimas en las que se encontraban los animales.
Si se indaga entre las imágenes del frente marítimo, una de insólita captura una barca de papel navegando en el Port de Tarragona con un hombre remando en su interior. Es ‘La barquita de papel’, una peculiar embarcación creada a modo de propaganda por el diario El Liberal. La barquita participó en las fiestas marítimas de Tarragona que se celebraron con motivo del cambio de siglo durante las Festes de Santa Tecla el 1900 y el 1901.
Según cuentan los autores, la idea del libro surgió tras visitar una exposición sobre Jules Ainaud, un fotógrafo que trabajó para la prestigiosa casa fotográfica J.Laurent de Madrid. «Había muy pocas fotografías de Tarragona, apenas diez. En este libro hemos reunido más de 100 imágenes de la ciudad», señala Benages, emocionado por recuperar y compartir este fragmento visual de nuestra historia.
De hecho, es tanta la espectacularidad de las imágenes que forman este libro que se espera que durante el mes de marzo del 2025 se expongan en el Museu d’Art Modern de Tarragona.