El saxofón que eriza pieles

El cubano Bruno Lombardi es icono en la costa y ha ofrecido shows en Europa y Canadá

02 febrero 2022 18:40 | Actualizado a 03 febrero 2022 16:08
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«Cuando llegué a la Costa Daurada laboré durante cinco años en una inmobiliaria hasta que di el paso hacia lo que realmente me gustaba. Empecé en Pachá, a través de un contacto conseguí una prueba de sonido y convencí tanto que me dijeron que esa misma noche empezaba a trabajar». Así se inauguró el trayecto artístico de Bruno Lombardi (Santa Clara, 1979) en España. Este cubano, que ha instalado su residencia en Vila-seca, ha alcanzado una popularidad asombrosa en los mejores garitos de la zona e incluso de Catalunya gracias al show que presenta con el saxofón como instrumento inseparable. Arropado en los ritmos modernos y en la música electrócica, ha conseguido erizar pieles de toda la audiencia que ha llenado las salas en las que ha actuado.

Lombardi se crió en la misma ciudad en la que se encuentran depositadas las cenizas del Che Guevara y, aunque iba para atleta, su madre se empeñó en que quería que uno de sus hijos se dedicara al arte. «Me apuntó a una escuela de música y, ahora, se lo agradezco», confiesa el saxofonista.

El intérprete cuenta con una formación minuciosa, ya que se graduó en la Escuela de Saxofón Cubana. Toda su educación musical responde a los registros clásicos, a pesar de que la carrera le ha llevado a experimentar en otros horizontes más relacionados con la modernidad. «Creo que el espectáculo que ofrezco me permite tocar la sensibilidad de las personas y eso te da una sensación increíble», confirma.

Experiencia en Europa y Canadá

No sólo los locales de la costa catalana han disfrutado del erepertorio del cubano y su saxo, en Europa también se han rendido a su energía. En Italia, por ejemplo, gracias a la insistencia del promotor de una discoteca, terminó deleitando los oídos del público habitual en la sala. Tanto es así que, cuando comunicó a su valedor que abandonaba el país generó una especie de drama. A pesar de la insistencia de ese promotor, Lombardi prosiguió con sus intenciones. La aventura internacional, eso sí, dispone de más estaciones.

La visita a uno de sus hijos, que vive en la localidad alemana de Weingarten también le abrió puertas. Completó dos meses de estancia en ese lugar y «acabé trabajando todos los fines de semana». El proceso se asemeja al de Pachá. Al cubano le basta con una simple prueba de sonido para convencer a los empresarios.

Por otro lado, en Montreal, donde hace vida una parte de su familia, ha completado más de una temporada de invierno, justo cuando la costa catalana vive la temporada baja. Sin ir más lejos, Bruno ha conseguido tocar como residente en la discoteca más popular de Canadá, la 747, situada en el último piso del edificio más alto de Montreal.

«Esas experiencias mé han demostrado que la música es universal. Cuando piensas que cada lugar tiene gustos distintos, te das cuenta de que si expones tu música desde dentro, llega siempre. Por eso me siento tan afortunado de dedicarme al arte», explica el protagonista.

Cuando la pandemia ha destrozado al sector del ocio nocturno entre reestricciones y cierres, a Bruno Lombardi le ha presentado nuevas oportunidades a través de las redes y, sobre todo, con sus propios vecinos. La música y el saxo se han conservado vigentes.

Sin ir más lejos, durante el encierro general, convirtió su balcón en una especie de escenario itinerante. Alcanzó la máxima expectación. «Algunas personas se saltaron la norma para asomarse a la calle y seguir mis actuaciones», resalta.

Bruno se dedica exclusivamente a la música, un logro que le enriquece, porque realmente no se trata de un simple oficio. «Trato de ensayar y hacer música todos los días. Pienso que es importante para cualquier artista renovarse constantemente y estar atento», confiesa.

Bodas y eventos

La agenda del cubano encaminada hacia la nueva temporada alta ya se encuentra repleta de compromisos. «Intento hacer las cosas bien, prefiero decir que no a aglutinar demasiados shows y hacerlos mal», corrobora.

Bruno Lombardi ha enfocado su nueva propuesta a bodas y eventos, un mundo que le ha llenado de satisfacciones. «Quiero que los asistentes se lleven un buen recuerdo». Su saxofón ya cuenta con el beneplácito del público, ha arrancado la felicidad y el optimismo de la gente.

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