Desde la distancia podría parecernos que la Serra del Montsant es poco más que una gran masa calcárea, tan impresionante como carente de vegetación por su sequedad. Sin embargo, quienes escalen esta muralla natural haciendo uso de uno de sus graus descubrirán una asombrosa abundancia vegetal. He aquí una evidencia: el libro La Flora de la Serra del Montsant, la obra de doble volumen que recoge las más de 1.200 plantas registradas en el parque natural.
Uno de los lugares bendecidos con la presencia de vegetación es el Clot del Cirer, una bucólica hondonada antaño presidida por tres cerezos que, dependiendo del régimen de precipitaciones, se anima con la melodía de una fuente. En la ruta de esta semana, exploramos algunos de los espacios más emblemáticos de la sierra de camino a este remanso de paz.
Instrucciones de la ruta
Nos dirigimos a La Morera del Montsant, punto de partida del itinerario, y estacionamos en las zonas designadas a tal fin. Si bien la forma más fácil de llegar al Clot del Cirer es por el Grau de la Grallera o Camí de Montsant, tomaremos el Grau de l’Espinós con el objetivo de crear un recorrido circular. Cuando estemos en lo alto de la muralla natural o en la Serra Major, nos dirigimos al Piló dels Senyalets (1.109m), un vértice geodésico que nos une con el Pi del Cugat. Desde el pino llevamos a cabo el descenso que nos enlaza con la hondonada. A la hora de emprender la vuelta, o bien deshacemos nuestros pasos hasta el árbol o bien tomamos el otro sendero que surge de la zona con ánimo de regresar a las alturas. Por último, caminamos hasta el cruce del Grau de la Grallera para volver al pueblo.
Si deseamos aprovechar la ocasión y ampliar el recorrido, se recomienda ir en primer lugar al Toll de l’Ou siguiendo el itinerario señalado por el Gran Recorrido (GR) 171. Desde el lugar continuamos por el Pequeño Recorrido (PR-C) 14 hasta el Grau del Racó dels Forats, que nos conducirá hasta el Clot del Cirer. Esta alternativa suma 12 kilómetros de distancia y 700 metros de desnivel positivo, lo que resulta en un itinerario exigente en el que conviene llevar un mapa, pues los paisajes del Montsant son bastante homogéneos entre sí y puede que nos desorientemos.
Dificultad de la ruta
Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables. El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino. Desde el punto de vista de la dificultad, esta ruta es de dureza moderada por sus 10,11 kilómetros de distancia y 506 metros desnivel positivo o subida, que en conjunto resultan en un itinerario de 3 horas de duración. El tramo más demandante es el inicial en tanto que requiere que ascendamos a las alturas de la Serra Major. En lo que respecta a la complejidad técnica, el principal obstáculo es la orientación. Son muchos los senderos que recorren el Montsant, conque el mapa y el GPS serán herramientas imprescindibles para aprovechar la visita, sobre todo si optamos por la alternativa más exigente. En otro orden de cosas, ha de prestarse atención en la llegada al Clot del Cirer dado que se salva una pequeña trepada.
El enigma del Clot del Cirer
Los nombres de los lugares que visitamos a menudo son sugerentes. Quien más quien menos se preguntará, por ejemplo, por qué se decidió llamar a este lugar El Clot del Cirer. Encontramos más información en Amb penyals d’un blau cansat, uno de los libros de Ramón Amigó y el mismo en el que se dedica un capítulo a arrojar luz sobre dicho interrogante. Dictados por la suposición afirmaríamos que el nombre les es dado por un cerezo plantado en el lugar, pero dicha hipótesis se demuestra falsa. No hubo un cerezo, sino tres, al menos según una de la Associació Excursionista de Reus de 1965, pero su plantación es posterior a su nombramiento.
De acuerdo con la labor de investigación que llevó a cabo Amigó, encontramos la explicación más plausible en que el mote se corresponda con el apellido de una persona. Este, a su vez, podría provenir del árbol frutal, de la misma manera que Alzina, Magraner o Prunero. La incógnita queda resuelta en parte, sin embargo, todavía queda un interrogante: el nombre del Toll de l’Ou.
Versión corta
Distancia: 10,11 km
Desnivel positivo: 506 m
Duración: 3 horas
Dificultad física: moderada
Versión larga
Distancia: 11,96 km
Desnivel positivo: 700 m
Duración: 4 horas
Dificultad física: moderada