¿Cómo es eso de trabajar con un hermano durante 45 años y no pelearse?
Bueno, tenemos nuestros momentos, pero yo a Jorge no solo le considero mi hermano, lo más importante es que también es mi amigo. Con el tiempo nos conocemos tanto que nos entendemos con una mirada y eso en el escenario nos quita de algún disgusto. Llevamos una carrera de muchos años y lo mejor de todo es que somos felices con lo que hacemos. Jorge es un tío con un corazón inmenso.
45 años de carrera. ¿Son conscientes que, por momentos, han acompañado a muchas personas en su soledad?.
Sinceramente, se me han pasado volando. Cuando se acerca el público y te comenta que les has ayudado a combatir la depresión o a superar una enfermedad eso es lo mejor que te puede pasar en la vida. En realidad se trata del reconocimiento más importante que existe.
El humor es una aspirina contra los problemas sociales.
Los médicos hablan de risoterapia, para mí la comedia, el humor es una medicina fundamental para la sociedad. De hecho está comprobado de que si eres capaz de afrontar la vida desde un punto de vista optimista, a nivel emocional superarás mejor los problemas.
Han arraigado en Catalunya. De hecho parte de su familia es catalana y vienen de llenar un teatro en Barcelona.
Hemos estado seis meses en la Gran Vía de Barcelona con Bis a Bis y hemos llenado todas las noches. Nos sentimos muy a gusto en Catalunya, siempre que hemos venido nos han tratado con un cariño espectacular y, como tú dices, también nos sentimos medio catalanes.
¿Qué propone el nuevo show que van a exponer en Tarragona?
Es un espectáculo que ya está muy rodado, pero también lo hemos actualizado mucho. Animo a la gente a que venga, porque además de humor hay mensaje de calado a nivel social y hacemos participar mucho al público. Nos gusta que la gente que viene a vernos se involucre en lo que hacemos, que vean que son partícipes de nuestro trabajo. Estoy convencido de que se lo pasarán muy bien.
¿No hay fecha de caducidad para Los Morancos?
Es que somos tan felices con lo que hacemos, con nuestro trabajo, que no nos lo hemos planteado. Por suerte, no nos faltan los teatros ni las llamadas, pocas veces han dejado de llamar, así que mientras podamos seguiremos al pie del cañón.
¿En qué han evolucionado desde que empezaron a actuar en el barrio de Triana de Sevilla?
La experiencia lo que te exige es más responsabilidad. Somos menos inconscientes que antes. Luego hay un factor que creo que ha sido fundamental; las redes sociales. Hemos tenido la virtud de no mirar hacia otro lado y adaptarnos a los nuevos tiempos. Eso nos ha permitido llegar a públicos nuevos y no quedarnos anclados en el pasado.
Aquel paso por el mítico ‘Un, dos, tres’ fue curioso.
Hay una circunstancia sobre eso que poca gente sabe. Nosotros entramos en el programa gracias a Eugenio, el cómico, que recomendó que nos fueran a ver a un Tablao de Madrid donde actuábamos. Gracias a ello nos llevaron a Un, dos, tres.
Y el vértigo al escenario, ¿se conserva?
Me ataco mucho antes de salir. Jorge, en cambio, lo lleva más por dentro. Somos dos personas distintas en este sentido. Creo que el día que no me ponga nervioso antes de salir a actuar lo dejaré, porque ese cosquilleo es lo que nos mantiene vivos, atentos. Forma parte de nuestra profesión, porque nos hace responsables. Valoramos el trabajo que hacemos.