Anna Sólyom: «Muchas veces la felicidad nos aguarda en lugares inesperados»

‘El perro que seguía las estrellas’ es su última novela

13 diciembre 2024 05:22 | Actualizado a 13 diciembre 2024 06:11
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Ingrid lleva una vida apacible junto a Roshi, su adorable golden retriever. Tras años sin salir de su pueblo en Colorado, acepta la invitación de su hermano para celebrar el 4 de julio en Virginia. Allí los fuegos artificiales asustarán a Roshi que, sumado a la persecución de una jauría de perros, hará que inevitablemente se pierda. Desolada, Ingrid se ve obligada a volver a Colorado. Sin embargo, Roshi no se dará por vencido e iniciará una odisea a través de varios estados para regresar junto a ella. En su larga travesía, Roshi hará honor a su nombre, que designa al abad de un monasterio zen, ejerciendo de maestro en los distintos hogares por los que pasa. Roshi es el protagonista de El perro que seguía las estrellas (Vr Europa), la última novela de Anna Sólyom.

¿Qué le inspiró a escribir ‘El perro que seguía las estrellas’ y cómo surgió la idea de explorar la conexión entre humanos y perros?

La historia de Roshi se inspira en la vida de Bobby, The Wonder Dog -el perro maravilla- de Silverton, EE.UU, una mezcla de Collie escocés de dos años que, hace 100 años, se perdió en Indiana y recorrió 2.800 millas (4500km) para llegar a casa. Creo que en el caso de Roshi, el protagonista del libro, la dirección relacional es desde el perro hacia los humanos: me interesó imaginar cómo y en qué podría ayudar un perro perdido a todas las personas que se encuentra en su camino.

¿Cuál es el mensaje más importante que espera transmitir a través de la historia de Roshi?

Nadie se salva de los tiempos difíciles y, en esos momentos cruciales, depende de nuestros recursos y de nuestra interpretación de la vida cómo seguimos hacia delante. La novela es una ficción sobre la resiliencia, el poder de la conexión y la confianza. También nos ayuda a comprender que la vida no termina a las 65 años, y que muchas veces la felicidad nos aguarda en lugares inesperados. Asimismo, es una historia que nos invita a hablar más abiertamente sobre los duelos que intentamos evitar y descubrir, y de cómo, poco a poco, podemos transformarnos a través de nuestra vulnerabilidad.

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¿Cómo cree que influyen las relaciones con nuestros animales en nuestra salud emocional?

Nos equilibran y nos devuelven algo que, sobre todo si vivimos en grandes ciudades, solemos perder: el contacto con la naturaleza, con los ciclos naturales del cuerpo. Son grandes maestros de zen, no solamente los gatos, como dijo Eckhart Tolle, sino cualquier animal: viven en el aquí y en el ahora. Hay caballos que son terapeutas y trabajan con humanos, hay perros y gatos coterapeutas. Aunque a veces solo vemos a los animales con inocencia, como los niños pequeños, y nos despiertan ternura y empatía, algo muy beneficioso para el ser humano.

Su libro trata sobre el amor, la pérdida y la superación personal. ¿Cuál es su perspectiva como terapeuta sobre estos procesos en la vida real?

Si pudiéramos elegir, ningún ser vivo querría vivir la pérdida de un ser querido. Ni los animales ni los humanos. Son grandes enseñanzas sobre el fin de la vida, que los animales aceptan con más naturalidad, como parte de la existencia. El duelo no nos gusta porque nos deconstruye, aunque cuando volvemos a ver la luz, al salir de un luto profundo, somos otras personas. Sin embargo, la única manera de sentirte completo es vivir estas emociones poco agradables. Hay muchos tipos de duelo, ¡perdemos tantas cosas en la vida! Pero si negamos el dolor de la pérdida (sea un sueño, una casa, una época o una persona), al final nos perdemos a nosotros mismos.

El amor y la lealtad son temas recurrentes en la historia. ¿Cómo define el amor y la lealtad en el contexto de las relaciones humanas?

El amor es un elemento esencial de nuestra biología. Como mamíferos estamos cableados para sentir el apego y vivir relaciones. No es suficiente cuidar a los niños físicamente: si no reciben amor, su cerebro no madura adecuadamente. El amor es un combustible que mueve montañas y que nos nutre, y a veces nos vincula a situaciones o personas profundamente dañinas. Valoramos el amor a los demás mucho mas que el amor hacia nosotros mismos.

Finalmente, ¿qué espera que el lector descubra sobre sí mismo al terminar ‘El perro que seguía las estrellas’?

Muy buena pregunta. Creo que hay tantas visiones de Roshi como lectores de la novela. Espero que sea una historia que tome la mano de cualquier persona que pasa por una situación difícil Si el lector descubre por dónde y cómo dar el siguiente paso, creo que habré cumplido mi propósito.

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