Torredembarra: Restaurar la vida marina con la ayuda de los pescadores

La asociación Natural Art Reef impulsa un proyecto con la Confraria de Pescadors para devolver al mar especies capturadas accidentalmente en las redes

11 abril 2025 20:35 | Actualizado a 12 abril 2025 13:33
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El 33% de todos los corales del planeta se encuentran en la lista roja de especies amenazadas. El aumento de la temperatura de los mares y el acidez cada vez mayor de las aguas ponen en riesgo la vida de estos organismos, que se encuentran en grave regresión en nuestro fondo marino. Uno de estos corales en peligro de extinción es la madrépora mediterránea (cladocora caespitosa).

En Torredembarra, recientemente han conseguido reintroducir un ejemplar de madrépora de grandes dimensiones capturado de forma accidental en las redes de pesca. Como este, han devuelto una treintena de organismos al fondo del mar gracias al Biotop, el gran arrecife artificial que se construyó hace dos años a 2 kilómetros de la costa torrense.

La asociación Natural Art Reef (NAR) ha encontrado en los pescadores de la Torre a unos aliados perfectos para su proyecto ‘Restaurem vida’, que pretende devolver a su hábitat especies marinas que acaban por accidente en las redes. De la mano de la Confraria de Pescadors de Torredembarra, y con el apoyo económico de la Diputació de Tarragona, NAR ha rescatado otros corales, como gorgonias, así como posidonia oceánica, una planta esencial para la salud del mar.

$!Max Rota recoge un ejemplar de las redes de pesca. Foto: Cedida

Los resultados están siendo más que esperanzadores después de un año de colaboración. Un 93% de los ejemplares reintroducidos sobreviven y muchos lo hacen con signos de mejora. Cuando llegó a manos de NAR el ejemplar de madrépora, por ejemplo, se encontraba en muy mal estado, prácticamente muerta. «Gracias a las características del Biotop, pudimos ponerla en un lugar con corrientes y unas condiciones propicias para la ecología de la especie. En muy poco tiempo, empezó a recuperar todos los pólipos que estaban muertos», explica la bióloga de la entidad, Irene Gonzalo.

Desde NAR han llevado a cabo formaciones para que los pescadores conozcan los organismos de especial interés ecológico que pueden quedar atrapados en las redes y cómo tratarlos para replantarlos con garantías. «Si les da mucho el sol cuando están en el barco, les puede afectar mucho y eso complica la reintroducción», detalla Irene.

«Se ha culpabilizado a los pescadores de todo lo que pasa en el mar. Queremos cambiar esa imagen y que sean parte de la solución», Max Rota (Presidente de NAR)

Una vez reciben el aviso de los pescadores, los responsables de NAR recogen las especies y las llevan a una guardería a mar abierto, que se encuentra en el propio puerto de Torredembarra. En menos de 24 horas, submarinistas y científicos profesionales los trasladan al gran arrecife artificial que les sirve de laboratorio vivo. Allí, hacen un seguimiento detallado de cómo se adaptan estas especies a su nueva vida.

«El Biotop no solo está sirviendo para que nazcan y recluten las especies de forma natural, sino que también nos permite restaurar todas estas especies relevantes y con un valor ecológico muy grande gracias a los pescadores», celebra Max Rota, presidente de la asociación NAR. El papel de la Confraria de Pescadors de Torredembarra es crucial para el éxito del proyecto. «Siempre se ha culpabilizado mucho a los pescadores de todo lo que pasa en el mar y nosotros lo que queremos es cambiar esa imagen y que sean parte de la solución», señala Max.

$!El pez luna, uno de los habitantes del Biotop. Foto: Cedida

Los resultados del proyecto ‘Restaurem vida’ tienen un impacto especialmente relevante en el ecosistema que se ha creado en el Biotop. «Las especies que reintroducimos son creadoras de hábitat y, cuando han crecido, atraen a más animales. Eso aumenta el valor ambiental de la zona, con una mayor biodiversidad y resiliencia de las especies», expresa el presidente de NAR.

Dos años del mayor arrecife artificial del Mediterráneo

La instalación del Biotop en el fondo marino de Torredembarra, el primer gran arrecife artificial del Mediterráneo, supuso un antes y un después para NAR. Un hito que poco a poco va arrojando resultados sorprendentes desde el punto de vista ecológico y que ya atrae a investigadores de todo el mundo. Este mayo se cumplen dos años desde que se culminó la instalación de esta gran montaña de 12 toneladas de carbonato cálcico que emula un arrecife de 90x60 metros y una altura de 22 metros.

Desde entonces, se han documentado hasta 300 especies, algunas de ellas que habían desaparecido de la zona, que usan de refugio esta gran montaña submarina. El Biotop se ha convertido en un ecosistema rico, un punto estratégico de conectividad ecológica, hábitat para múltiples especies que lo utilizan como punto para alimentarse o reproducirse. Por allí han pasado una docena de especies marinas amenazadas y nueve protegidas, como el centollo, el mero, el atún rojo o la raya toro.

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