Omar Mohammed Yaki ha vuelto a quedarse sin un techo. A sus 76 años, y en un delicado estado de salud, de nuevo se ve en la calle justamente cuando se cumplen doce meses desde que fuera desalojado de una antigua caseta de operarios de Renfe, bajo el paso elevado de la vía del tren en Salou. Aquella chabola en la que había vivido fue derribada con motivo de las obras de ampliación de una zona de aparcamiento de la calle Berlín.
Durante este último año Omar ha pasado por varios alojamientos. El consistorio le cubrió los tres primeros meses, y desde septiembre de 2020 varios voluntarios le han costeado una habitación en el hostal Portomar. Sus responsables se la habían dejado a diez euros la noche pero ahora, coincidiendo con la llegada de la temporada turística de verano y el incremento de la tarifa, su continuidad es inviable. Desde el lunes duerme donde puede.
«Hasta ahora le habíamos ayudado un grupo de personas, pero ahora mismo los precios se han disparado y es imposible que podamos asumirlo. Le estamos buscando una habitación por la zona que podría cubrir total o parcialmente el Ayuntamiento», explica Juan Ramón Martín Menoyo.
Él es uno de esos voluntarios que, además de costear esos 350 euros mensuales durante nueve meses, han ayudado a Omar todo este tiempo con comida caliente tres o cuatro veces por semana, cubriéndole algunos gastos y acompañándole en sus desplazamientos médicos.
Tampoco su estado de salud es idóneo, aunque esta semana ya ha recibido su segunda dosis de la vacuna antiCovid. «Ahora está mejor que hace un año, pero la calle es un riesgo para él porque aún está en tratamiento médico. Le han prescrito una bota ortopédica porque tiene un pie fracturado y anda apoyando el tobillo, aunque han descartado operarle porque es una lesión neurológica; sí tienen que intervenirle de una hernia escrotal que estamos mirando que le cubran; sin olvidar que tiene un hombro dislocado, pierde vista, sufre achaques de la edad...», añade Juan Ramón Martín.
El Ayuntamiento de Salou, que pagó una pensión a Omar durante los tres meses posteriores a su desalojo y le tramitó una tarjeta sanitaria de urgencia, conoce ya que vuelve a estar en la calle.
Fuentes municipales apuntan que «el Sr. Omar se encuentra dentro del circuito de servicios sociales desde el año 2019-2020. Tiene un seguimiento constante por parte del equipo de trabajadores sociales y ha recibido diversas ayudas económicas para cubrir sus necesidades en la medida de lo posible. Ahora se están buscando soluciones».
El caso de Omar no es único en Salou. Ese grupo de voluntarios tiene detectados al menos a otros ocho sin techo más.