El sector de la restauración tarraconense valora muy positivamente la primera quincena de julio, con registros de ocupación similares a los previos a la pandemia. La ola de calor de los últimos días, sumado a la carencia de restricciones sanitarias, han propiciado que los destinos de costa se hayan beneficiado de más visitantes, según el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Tarragona (AEHT), Francesc Pintado. «Hasta ahora, los turistas buscaban zonas poco masificadas y en la Costa Daurada interior vivimos una temporada récord. Este año, que recuperamos datos de 2019, se ha notado una bajada», apunta Pintado. Pese a las buenas perspectivas en el litoral, la asociación remarca que la inflación puede entorpecer el negocio de la restauración este verano.
Durante los primeros quince días de julio, el volumen de trabajo entre los restaurantes de costa y los del interior de la demarcación de Tarragona ha sido notablemente diferente, tal como aseguran desde la AEHT. Un ejemplo es el Restaurante La Morera, ubicado en la comarca del Priorat, que después de la pandemia, ha notado una bajada de las reservas respecto al verano pasado. Con este contexto y revisando los datos de ocupación de años anteriores a la pandemia, la propietaria, Maria Jesús Sánchez, ha decidido hacer diez días de vacaciones a partir de este lunes. «Históricamente, julio es económicamente complejo para continuar abiertos. Por eso, cerramos diez días para descansar y volveremos en agosto a pleno rendimiento», apunta.
Se trata de una imagen opuesta a la de los locales ubicados en el litoral, como es el caso del Deliranto de Salou. En declaraciones a la ACN, el chef Pep Moreno remarca que los fines de semana los establecimientos de la zona se llenan con reserva y sin. La previsión del sector de cara a la semana próxima y especialmente a partir de agosto, es que las agendas de los establecimientos se llenen, tanto de clientes nacionales como internacionales. Según Moreno, a pesar de que este primer arranque del verano ha estado «positivo», con un nivel de ocupación en torno al 70%, todavía no se ha llegado a niveles de los años previos a la pandemia y dependerá de las pernoctaciones de los visitantes.
Por el contrario, las preocupaciones hacia esta temporada estival coinciden tanto en la playa como en la montaña. El presidente de la AEHT, Francesc Pintado, insiste en que, a pesar de que las previsiones apuntan en un verano «histórico y excelente», existen factores negativos que complican el negocio, como es el caso de la subida generalizada de los precios a causa de la inflación que afecta al conjunto del sector. Después de un periodo de vacaciones sin restricciones sanitarias, los profesionales ven con preocupación la llegada del otoño y con ella, gastos vinculados a un nuevo curso escolar para muchas familias.
A corto plazo, la otra inquietud que tienen los restauradores tiene que ver con la dificultad para conseguir personal cualificado que quiera trabajar en la hostelería después de la pandemia. Por todo ello, muchos negocios han tenido que reorganizar las plantillas e incluso, los servicios que ofrecen a los clientes.