La nueva sede de la Cooperativa Agrícola de Vila-seca estará en la esquina de las calles Mas de l’Abad y Vila dels Olzina, en el polígono Alba. Ayer, de forma simbólica, se dio inicio a la construcción de un edificio prefabricado de una planta que ocupará unos 625 metros cuadrados de los 1.525 que tiene el solar esquinero.
La ubicación de la nueva sede, que dará el relevo a las instalaciones de la calle Sant Antoni (adquiridas en febrero por el Ayuntamiento de Vila-seca) ha costado lo suyo, ya que el consejo rector de la entidad agrícola buscaba un emplazamiento cercano a la ciudad, bien comunicado (si está en la esquina permite mayor movilidad) y con un precio razonable.
Francesc Gené, el presidente de la Cooperativa, explicaba ayer que lo que más ha costado de la operación era dar con el solar. Una vez seleccionado, el resto ha sido más fácil de gestionar: licencia de obras con los preceptivos informes técnicos y contratar a la empresa constructora (García Riera, con sede en Vila-seca).
Gené admitía que los cálculos económicos iniciales entre la compra del solar y la construcción se han disparado por varios factores y ahora, sin tener nada definitivo, se estima que podrían alcanzar el millón de euros como máximo.
La cantidad, por suerte, está en el banco, ya que la venta de la sede céntrica de la Cooperativa (además de algunos almacenes que iban con el pack) al Ayuntamiento permiten tener liquidez para afrontar esta obra que podría estar terminada «en agosto», admite el presidente.
Sin perder tiempo
Aunque la colocación de la primera piedra de ayer, dentro de los actos de la festividad de Sant Isidre, patrón de los agricultores, era el marco ideal dentro de este programa de festejos, las obras formalmente ya han empezado. Los fosos de recepción de la algarroba y aceituna, los dos productos agrícolas mayoritarios, ya se vislumbran. Luego vendrá la colocación de esta nave rectangular que albergará las diferentes dependencias, entre ellas una sala de actos, una agrobotiga, y el resto de espacios necesarios para la gestión de la Cooperativa. «Será más funcional y procesos automatizados», dice el presidente.
«La previsión es que entre junio y julio ya se puedan ir colocando las paredes y confiamos en que esté todo listo para finales de verano, antes de las próximas cosechas», explicó Francesc Gené. Las algarrobas recogidas en Vila-seca se derivan a una empresa de Mont-roig para su comercialización y las aceitunas locales viajan hasta una empresa de Llorenç del Penedès, que hace aceites.
El alcalde Pere Segura, socios de la entidad y expresidentes de la misma fueron los protagonistas en el acto simbólico de la primera piedra de la nueva Cooperativa, a escasos metros en línea recta del Celler original que se creó a principios de siglo XX. Gené confía en que la nueva etapa impulse un sector el agrícola cada vez más envejecido.