El papa vuelve ante los fieles por sorpresa en medio de su larga convalecencia

Francisco salió en silla de ruedas a la Plaza de San Pedro tras semanas de aislamiento por una grave neumonía. Pidió oraciones y exigió mejoras para la sanidad global

06 abril 2025 12:28 | Actualizado a 06 abril 2025 12:35
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El papa Francisco volvió este domingo a presentarse en persona ante los fieles en la Plaza de San Pedro, tras dos semanas de convalecencia aislado en su residencia vaticana y 38 días de hospitalización por sus problemas respiratorios.

Francisco apareció por sorpresa, llevado en la silla de ruedas que ya utilizaba por sus problemas de movilidad, y recibiendo oxígeno a través de cánulas nasales. «Buen domingo a todos. Muchas gracias», fueron sus breves palabras dedicadas a los miles de fieles que habían asistido a la misa del Jubileo de los Enfermos.

Esta cita, dedicada al mundo sanitario por el Año Santo en curso, era especialmente esperada, dado que el pontífice vive en carne propia la enfermedad, aunque mejora poco a poco, según la Santa Sede.

Una recuperación lenta y vigilada

Francisco, de 88 años, fue hospitalizado el 14 de febrero por una neumonía bilateral que llegó a amenazar su vida. Logró reponerse y fue dado de alta el 23 de marzo, tras 38 días de ingreso. Desde entonces, ha permanecido aislado en la Casa Santa Marta, sometiéndose a terapia y fisioterapia respiratoria.

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Este domingo, salió de la basílica y se presentó ante los fieles, que lo recibieron con aplausos y gritos de «¡Viva el papa!» en una plaza soleada y primaveral. Sin embargo, no pudo hablar demasiado, ya que sus médicos le han recomendado reposo y máxima prudencia.

En estas semanas, las misas se celebran en su nombre, presididas por cardenales o clérigos, quienes leen sus homilías y discursos.

Una homilía de esperanza

La eucaristía del Jubileo de los Enfermos fue presidida por el arzobispo Rino Fisichella, quien leyó un mensaje del papa centrado en la inclusión de los enfermos y personas frágiles en la sociedad.

«Queridos hermanos y hermanas enfermos, en este momento de mi vida comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas. No es siempre fácil, pero es una escuela donde aprendemos a amar y a dejarnos amar«, escribió el pontífice.

El papa aseguró que, aunque la enfermedad es una de las pruebas más difíciles de la vida, también puede ser un espacio donde se escuche la voz de Dios. Citó a su antecesor, Benedicto XVI, quien escribió que “una sociedad que no logra aceptar a quienes sufren es cruel e inhumana”.

«Afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos«, afirmó Francisco, y exhortó a «no relegar al que es frágil», instando a transformar el dolor compartido en una oportunidad de crecimiento.

Llamado a reforzar la sanidad global

Tras la misa, el papa reapareció brevemente para saludar a los fieles. Una mujer leyó un mensaje en su nombre, donde agradeció «de corazón» las oraciones por su salud.

Posteriormente, la Santa Sede publicó por escrito el texto del Ángelus dominical, que Francisco no pudo leer desde la ventana del Palacio Apostólico. En él, el papa reiteró su preocupación por la situación sanitaria mundial.

«Rezo por los médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios, que no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso sufren agresiones. Su misión debe ser respetada y apoyada«, subrayó.

Finalmente, el pontífice pidió que se inviertan recursos en atención médica e investigación, para garantizar sistemas sanitarios inclusivos, especialmente para los más frágiles y pobres.

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