Era un coche rojo, probablemente un Audi A3 según algunas informaciones que han llegado al Diari. En su interior tres o cuatro ocupantes y gritando a pleno pulmón "queremos matar". El turismo circuló por la avenida Diputació, desde la rotonda del club Nàutic e invadiendo el carril bici sin ningún miramiento.
La gente que a las 8 de la mañana estaba en ese punto de la vila marinera no dudaron en llamar al 112. La cicatriz del ataque terrorista de la madrugada del 18 de agosto de 2017 (el 17 fue en Barcelona y a la 1 de la madrugada del día siguiente, en Cambrils) todavía está muy presente en la ciudad.
El coche se marchó hacia Salou, sin respetar velocidad ni carriles. Y la Policía Local de ambas ciudades y Mossos se activaron por lo que pudiera ser.
La alerta se mantuvo un cierto tiempo activa hasta que se anuló el servicio. El coche no apareció por ninguna parte y era difícil que volviera a recorrer el mismo tramo de costa.
Solo fue un susto o una broma macabra. Lo cierto es que los ocupantes de aquel bólido rojo pusieron de nuevo el corazón en modo taquicardia, aunque nada malo terminó ocurriendo.