Descartan la gratuidad como solución para la C-32

El estudio realizado por el Consell Comarcal considera que la opción que mejor se ajustaría a las necesidades de movilidad es la implantación del sistema de pago de la viñeta para todas las vías

23 septiembre 2018 16:53 | Actualizado a 25 septiembre 2018 11:34
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El estudio del Consell Comarcal del Garraf, con apoyo de la Diputació de Barcelona, para calibrar la afectación que los peajes de la C-32 tienen para el Baix Penedès y Garraf, concluye que la mejor solución sería implantar el sistema de pago de la viñeta.

Descarta la eliminación del peaje como solución. Considera que no beneficiaría a la movilidad, además de incentivar el uso del vehículo privado frente al transporte público, «aumenta las emisiones y la siniestralidad»,  pese a que la C-32 es la segunda vía más segura de Catalunya. Tampoco considera una solución equiparar el peaje de la C-32 al de la AP-7, lo que supondría una rebaja del 45% de la barrera de

Vallcarca-Cubelles. «Esa reducción afectaría a la movilidad sostenible». El 90% de coches iría por la C-32, lo que exigiría un tercer carril y no contempla el cuello de botella que sería el peaje.

Es necesaria una estrategia que no empeore la movilidad, pero que disminuya la distorsión de la tarifa kilométrica. En todo caso el estudio señala el impacto negativo del peaje para los vecinos,  empresas y economía comarcal. 

El tramo de C-32 entre Sitges y Calafell es un 40% más caro que uno similar en el Garraf y el doble que en el Alt Penedès. Además, entre 2011 y 2018 el peaje entre El Vendrell y Castelldefels ha subido el 18%.

La más cara

La C-32 es una de las autopistas más caras de Catalunya. Ya sólo en el tramo El Vendrell-Vilanova está por detrás de los túneles de Vallvidriera entre Sant Cugat y Barcelona.

Tiene una ambiciosa política de peaje con la lógica de la financiación de la inversión, pero no de una gestión de la movilidad.  «Rebajar el peaje permitiría una amortización por captación de tránsitos», señala el estudio.

El Baix Penedès tiene una necesaria vinculación con el área metropolitana, pero el coste de acceso a Barcelona la penaliza. En cambio, comarcas como el Maresme, Alt Penedès, Baix Llobregat y los Vallès Oriental y Occidental tienen un peaje más bajo de acceso a la capital.

Sin embargo, la autopista de El Vendrell a Vilanova es la que genera más ahorro de tiempo porque la alternativa gratuita de la C-31 pasa por el centro de núcleos urbanos con los problemas y riesgo que supone. 

Una traba

La C-32 ayudó a la demografía y empleo entre 1992 y 1998. Pero cuanto más elevado es un peaje, mayor es la sensibilidad a la evolución de la economía. Con la crisis se han visto circulaciones de niveles de 2002

El Baix Penedès es de las que más ha sufrido la recesión y hoy la C-32 es una barrera que daña a la economía y potencialidad. «Las zonas con la movilidad condicionada a una vía de peaje sufren más los efectos de las crisis».

El estudio destaca que el principal activo del Baix Penedès es su conexión a la red viaria. «Es la mejor comarca por localización para transporte por carretera, pero tiene pocos polos de desarrollo». Para los empresario el peaje afecta a esa potencialidad.

La comarca es deficitaria en puestos de trabajo, lo que obliga a los vecinos a desplazarse. También la autocontención es baja. Es la capacidad de ofrecer plazas a sus residentes y atraer personal cualificado.
Para los transportistas sólo Vilafranca-Port de Barcelona es más caro que Vilanova-Port de Barcelona, pero desde Vilafranca hay un 25% más de recorrido. A nivel de Catalunya el peaje supone una variación del 35% para el Baix Penedès y Garraf hacia el puerto de Barcelona.

El Baix Penedès pide también que la C-32 sea de libre uso para movimientos internos, pero no se logra. De los 20 municipios entre los que hay movilidad interna en el Baix Penedès y Garraf, sólo el tramo Sitges- Sant Pere de Ribes es gratis. En cambio los desplazamientos internos en el Maresme son un 40% más económicos que en el Baix Penedès-Garraf y un 60 por ciento más baratos en el Alt Penedès.

La intención de la activación de la viñeta coincide con la finalización de la concesión de 477 kilómetros fe vías de pago en Cataluna entre la AP-7 (Tarragona -La Jonquera), AP-2, C-32 (Montgat-Blanes) o en la C-33. 

El objetivo de la viñeta es homogeneizar peajes y obtener recursos para el mantenimiento de las vías. La Generalitat apuesta por una tarifa plana y libre uso de vías. Pero gobierno central y Generalitat no llegan a acuerdos.

«La viñeta  redistribuye el tráfico ya que el efecto coste deja de ser un condicionante para escoger ruta». Aunque señala que parte del transporte público pasaría al privado. Se ganarían 24.788 vehículos, señala el estudio.

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