El temporal de mar de hace unos días arrastró hasta la playa de Calafell esquejes de posidonia, una planta vital para el ciclo marino y que procedían de la dañada pradera que hay frente a las costas de la localidad.
Miembros del Centre de Recerca i Educació Ambiental de Calafell (CREAC) recogieron esos rizomas con urgencia ya que no sobreviven más de 24 horas fuera del agua. El objetivo es impulsar un proyecto para intentar recuperarla en acuarios y realizar posteriores replantaciones.
Los esquejes se han colocado en unos acuarios de 1.000 litros de agua cada uno en los que además hay una luz similar a la que la planta tiene en su hábitat y se controlan los niveles de cálcio, hierro, magnesio y sodio, además de insuflar CO2, que da alimento a la planta.
Malla de coco
La intención es que los esquejes arrancados por el temporal puedan enraizar en una malla de coco biodegradable. De lograrlo, serán devueltos al mar para intentar ampliar la superficie de la pradera de posidonia.
En el CREAC calculan que la posidonia podría estar en esos acuarios del centro unos tres meses. El proyecto se sigue de manera directa por el Institut de Ciències del mar y por la Universitat Politècnica de Catalunya. De tener éxito podría aplicarse a mayor escala para recuperar las praderas de posidonia en todo el litoral.
Si el cultivo mediante esquejes da resultado, el CRAC de Calafell habilitará nuevos acuarios de 9.000 litros de capacidad para impulsar la recuperación de la planta.
La posidonia, además de ser un refugio y zona de cría de numerosas especies de fauna, ayuda a asentar los arenales y es una barrera que frena el impacto de las olas sobre las playas. Sin embargo, está muy amenazada y en gran regresión por el impacto de las anclas de las barcas, que arrancan los ejemplares, y la contaminación.
En Calafell la asociación Anèl·lides realizó un sondeo para comprobar si había praderas por la zona. El estudio concluyó que hay áreas muy dañadas pero recuperables entre la zona de L’Espineta y el monumento al pescador. También se han encontrado plántulas, que son las plantas que están en sus primeros estadios de desarrollo.
Las áreas de posidonia de Calafell se han encontrado a unos 14 metros de profundidad y a 900 metros de la playa. Están dispersas, pero la esperanza es que se han localizado brotes y ejemplares de Cymodocea nodosa, otra planta que suele dar paso a la posidonia.
La treintena de esquejes recuperados ya están cuidados en los acuarios del CREAC. Cada uno de los plantones está identificado y de llegar al mar estarán geolocalizados para poder realizar un seguimiento.
Los impulsores de la iniciativa también piden a los vecinos que en caso de localizar restos de posidonia en las playas avisen al CREAC para que puedan ser recuperados.
El peligro de las anclas
Las praderas están geolocalizadas por la asociación Anèl·lides con el objetivo de que las barcas eviten lanzar sus anclas en esas áreas. El arrastre daña especialmente los rizomas, que son los brotes y que en caso de dañarlos son irrecuperables.
La asociación Anèl·lides ha geolocalizado las áreas donde se ha encontrado posidionia en Calafell. La intención es disponer de un mapa consultable por los navegantes para que extremen las precauciones al pasar por la zona. Esas coordenadas también están en conocimiento de Guardia Civil y de los Mossos d’Esquadra.
El Ayuntamiento de Calafell pondrá una cámara de vigilancia enfocada al área para detectar el paso o parada de embarcaciones en la zona. El objetivo es avisar a los cuerpos de seguridad para evitar que la zona pueda sufrir daños.
Las áreas de posidonia albergan además una gran riqueza de fauna en su entorno, por lo que las grandes extensiones sufren la acción de los furtivo por la pesca que se encuentra.
Muy lento
En todo caso, en Calafell para lograr una pradera de grandes dimensiones deben pasar décadas. El crecimiento de la planta es muy lento, por lo que a corto y medio plazo lo único que puede hacerse es proteger las áreas existentes e intentar lograr una repoblación.
Los intentos que también impulsan en otras zonas del Mediterráneo muestran la dificultad de asentar la planta, por lo que lo urgente es potenciar la protección.