Café Quijano actúa esta noche en Salou en el marco de les Nits Daurades. El grupo de los hermanos Quijano repasará en la capital de la Costa Daurada 23 años de éxitos que han sonado por todo el mundo.
¿Qué se puede esperar el público de la actuación de esta noche en Salou? ¿Tocarán temas de todas las etapas del grupo?
Sin duda. Traeremos un repertorio en el que se interpretarán canciones de todos los álbumes. Lo que se encontrará principalmente el público, si ha ido siguiendo lo que hemos hecho, son recuerdos: canciones de las que igual ni se acordaban o no identificaban con nosotros. Es algo bonito, hay 23 años de canciones en dos horas de concierto.
Para un grupo que ya lo ha hecho todo, ¿cómo es seguir actuando, componiendo y lanzando música? ¿Mantienen la misma pasión e ilusión que en los inicios?
Sí, pero probablemente de una manera diferente, con más conocimiento de lo que supone cada paso que damos. Antes se hacían las cosas dejándose llevar y, cuando te dabas cuenta, acababas inmerso en una vorágine en la que no sabías qué estaba pasando ni qué hacías en medio de eso. Ahora disfrutamos mucho más, somos más conscientes. Si vamos a tocar, por ejemplo, a América, disfrutamos más del momento, de lo que representa. Nos gusta aprovechar esas experiencias.
¿Qué ha supuesto para el grupo esta última década? ¿Cómo de diferente es esta etapa con respecto a los cuatro primeros álbumes?
Ha sido una etapa que nos ha vuelto a posicionar. Veníamos de hacer una música pop-rock que nada tenía que ver con esto, con los boleros. Nos sorprendimos porque tuvo mucha aceptación. Nos dimos cuenta de que el bolero daba mucho de sí y que podía hacer que la gente aguantara dos horas de un repertorio que no conocían, porque eran canciones originales. La gente permanecía atenta y con ganas de más. Fue una satisfacción ver que no nos equivocamos con el bolero.
En 2018 publicaron La Vida no es La, La, La y desde entonces han lanzado varias canciones, ¿qué tienen previsto para los próximos años? ¿Hay un álbum en camino?
Todavía no lo tenemos claro, pero sí que tenemos cosas preparadas, como un single para septiembre u octubre. En 2021 el disco La Taberna del Buda ha cumplido 20 años, y hemos estado preparando una ‘segunda parte’ de ese álbum, con canciones de la misma onda, incluso grabadas en Los Ángeles con los músicos que participaron en el disco hace 20 años y eso es lo que haremos para conmemorar ese aniversario. Podría salir este año, todo depende de cómo se vaya desarrollando este lío de la pandemia. Hay que ver cómo se hará el lanzamiento, todos dependemos de las circunstancias.
Y en cuanto a los conciertos y a una posible gira, ¿cuál es la previsión de cara al futuro?
El foco está en el primer semestre de 2022, con unas 40 fechas cerradas. Todo lo que ha ido saliendo se ha hechoo, las cosas van cambiando de una semana para otra. En nuestra cabeza está la idea de la gira del año que viene, pero han ido surgiendo conciertos y los hemos hecho con el repertorio que traemos para Salou, el que venimos haciendo en los últimos tres años.
Con respecto a la situación actual, ¿cómo es para un grupo dar un concierto en el que el público no puede moverse?
Es una sensación muy extraña y diferente. Ya no es solo que la gente esté sentada, a eso estábamos acostumbrados por algún concierto en auditorios. Ahora, están sentados, con mascarilla y con la imposibilidad de levantarse a bailar. Como artista no eres consciente de percibir lo que el público está sintiendo porque apenas puede expresarlo. Es una impotencia inmensa el mirar a la gente y no tener muy claro qué es lo que están sintiendo. Pero es indudable que es mejor que cualquier cosa que implique estar inactivos.
Más allá de la cuestión de las actuaciones, ¿cómo ha afectado este año y medio de pandemia al grupo?
En marzo de 2020 estábamos de gira en Sudamérica y tuvimos que parar, pero de todos modos teníamos previsto parar en junio para entrar al estudio y grabar el disco. Ese primer año, por tanto, la pandemia nos hizo un roto ‘mediano’, que lo teníamos previsto para la grabación. Ha sido mayor en este 2021, que queríamos sacar el disco a principios y empezar la gira, y no hemos podido. Aquí sí que nos ha complicado las cosas porque no volvimos a tocar hasta junio. Por lo menos tocamos, pero no vislumbramos una normalidad como la de antes en el tema de los conciertos. Lo que vemos es mucha limitación y restricciones, y tenemos la sensación de que eso durará. Al menos podemos seguir haciéndolo y la gente, a su manera, puede disfrutarlo.