Un anestésico consigue reducir recuerdos de forma selectiva

Científicos demuestran que es posible modificar la memoria, lo que ayudará a tratar el estrés postraumático

22 marzo 2019 13:01 | Actualizado a 22 marzo 2019 13:05
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Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que si se aplica un anestésico poco antes de evocar un recuerdo desagradable o estresante, es posible modificar la memoria y borrar selectivamente ese recuerdo, lo que ayudará a tratar el estrés postraumático (TEPT) de una manera efectiva y no invasiva.

El estudio, publicado esta semana en ‘Science Advances’, ha sido liderado por el director del laboratorio de Neurociencia Clínica del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, Bryan Strange, quien ha hecho la investigación en colaboración con Ana Galarza, del mismo centro.

Según el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos (NIH), alrededor de 7 u 8 de cada cien personas sufren estrés postraumático en algún momento de su vida, sobre todo las mujeres.

El estrés postraumático se produce cuando una persona vive o presencia una situación impactante, peligrosa o terrorífica. Esta respuesta natural del organismo provoca cambios en el cuerpo para responder al peligro inminente y para evitarlo en el futuro.

Sin embargo, aunque la mayoría de las personas se recuperan de forma natural, en algunos casos, este trastorno puede «incapacitar o a limitar el día a día de una persona», detalla el británico Bryan Strange, también director del departamento de neuroimagen de la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas.

Actualmente, el TEPT se trata con psicoterapia, medicamentos o la combinación de ambos pero estudios recientes en animales han demostrado que la memoria no es algo rígido, sino que se puede modificar durante la «reconsolidación» de los recuerdos.

La memoria se construye siguiendo cuatro pasos: el aprendizaje, la consolidación de lo aprendido, el recuerdo -cuando evocamos lo aprendido-, y la reconsolidación, una fase determinante para consolidar los recuerdos adquiridos o borrarlos de la memoria.

«La reconsolidación nos da un posible portal para acceder a memorias negativas. Si tienes un accidente de tráfico, te podría producir ansiedad la próxima vez que coges el volante y podría suceder que no quieras conducir un coche, aunque de ello dependa que vayas al trabajo o lleves a tus hijos al colegio. Si hay una manera de reducir la memoria del accidente, podríamos ayudar a esa persona», explica Strange.

El estudio es una prueba de concepto que demuestra que se puede modificar la memoria de una manera no invasiva, un hallazgo importante para el desarrollo de terapias contra fobias.

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